domingo, 28 de diciembre de 2008

ADIFSE CONVOCA A LAS ENTIDADES FERRÓFILAS


El día 22 de diciembre de 2008, se llevó a cabo una reunión convocada por la empresa Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado (ADIFSE), de la cual participaron diecisiete entidades -entre ellas la Asociación Rosarina Amigos del Riel-, cuyas actividades tienen como objetivo de su interés la defensa, estudio y/o conservación del Patrimonio Ferroviario de la Argentina.
Realizada en horas del mediodía en la Sala “General San Martín” del 6º piso del edificio situado en la esquina de las avenidas del Libertador y Ramos Mejía, en la ciudad de Buenos Aires, inicialmente había sido prevista la presencia del titular de ADIFSE, Ing. Juan Pablo Schiavi, pero por cuestiones de agenda institucional fue reemplazado por su Gerente de Administración Víctor Colombano, quien dio la bienvenida a representantes del movimiento ferrófilo de las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe, los que luego de las presentaciones del caso, realizaron breves pero ilustrativas exposiciones de las actividades que desarrollan en sus respectivos ámbitos.
Por su parte, el representante de ADIFSE (la que, junto con la empresa Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado, han sido creadas por Ley Nº 26.352 de Reordenamiento de la Actividad Ferroviaria) informó acerca de su reciente puesta en funciones, su misión, y la intención de trabajar en conjunto con las entidades de entusiastas ferroviarios para alcanzar resultados de mutuo provecho a favor de la defensa del Riel como herramienta fundamental para el desarrollo de nuestro País. Paralelamente, propuso la profundización de este contacto inicial en base a la realización de nuevos encuentros que permitirán avanzar en pos de los objetivos planteados.
Desde la A.R.A.R. hacemos expreso nuestra satisfacción por la convocatoria realizada, y hacemos votos para que este sea el punto de partida para una relación mucho más estrecha entre estas organizaciones no gubernamentales y el agente oficial encargado de velar por el Patrimonio Ferroviario de nuestro País.

OBRAS EN EL PASO A NIVEL DE AV. SAN MARTÍN Y AV. BATLLE Y ORDÓÑEZ



Luego de un año en que las obras se desarrollaron a un ritmo extremadamente lento, en las últimas semanas se ha incrementado la velocidad de los trabajos en el nudo ferro-vial compuesto por las vías del F.C. General Mitre en su paso a nivel con las avenidas San Martín, Batlle y Ordóñez, y la calle Romero de Pineda, en la zona Sur de la ciudad de Rosario. Recordemos, que contiguo a este paso a nivel se encuentra el Apeadero Juan Carlos Groenewold.
Las labores comprenden el recambio de los rieles en los sectores en que serán asfaltadas las respectivas entretrochas (reemplazando a las “eternas” losas de hormigón, inexplicablemente eliminadas), la colocación de barreras eléctricas telecomandadas, el corrimiento o retiro de los postes y alambres telegráficos, en lo que refiere a la parte ferroviaria.
En lo que respecta al aspecto vial, comprende la realización de una rotonda distribuidora, nueva iluminación, desagües pluviales en las calzadas inmediatas, cordón cuneta y carpeta asfáltica.
Resta conocer si se practicará alguna restauración o mejoramiento del Apeadero, actualmente abandonado, oscuro y sucio. Las últimas mejoras fueron fruto de un grupo de vecinos de la zona, hace ya cuatro años, pero como su trabajo no fue mantenido, el estado deplorable volvió a copar el lugar.
Las obras se enmarcan en la pavimentación a nivel definitivo de la av. Batlle y Ordóñez, con motivo de la construcción del Casino Club y el Hotel Sheraton, a la altura de la referida avenida en su intersección con calle Balcarce.

jueves, 23 de octubre de 2008

LA A.R.A.R. EN LAS JORNADAS DE HISTORIADORES BARRIALES


Bajo el título de “Terceras Jornadas de Historiadores y Cronistas Barriales”, los días 17 y 18 de octubre se desarrollaron sus actividades, convocadas con el tema “Historia sobre rieles (el ferrocarril y el barrio)” en el ámbito del Centro Cultural Cine Lumiére de calle Vélez Sarsfield 1027 de nuestra ciudad.

Estas jornadas fueron organizadas por el centro cultural anfitrión, el Museo del Barrio de la Refinería y el Grupo de Historiadores Barriales, contando con el auspicio de la Municipalidad de Rosario.Durante el segundo día, dedicado a la presentación de ponencias, la A.R.A.R. estuvo representada por los asociados Carlos Alberto Fernández Priotti, Mariano César Antenore y Rolando N. Maggi (h), quienes expusieron respectivamente los trabajos “Carlos Casado, el Ferrocarril Oeste Santafecino y su influencia en la Trama Urbana de Rosario”, “La Industria Ferroviaria en Rosario y la A.R.A.R.” y “La Editorial de la A.R.A.R. y la difusión de la historia del transporte en Rosario y la Región”.



En todos los casos, nuestras presentaciones fueron atentamente seguidas por la concurrencia, integrada por personas de gran diversidad de edades que evidencia el interés que la temática despertó entre la Comunidad. También vale destacar que otra de las ponencias -presentada en este caso por la Biblioteca Municipal “José Manuel Estrada”- basó su investigación en nuestro libro “Ferrocarriles en Rosario”, hecho que destacó ante conocidos y extraños la calidad de la paciente y prolija labor de difusión que desarrolla nuestra Entidad desde hace décadas.

PARTICIPACIÓN EN LAS JORNADAS DE MOVILIDAD URBANA



El día 4 de septiembre, nuestra Entidad participó del Taller “Impacto de las Grandes Infraestructuras de Movilidad en el Desarrollo Urbano”, organizado por la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario y con la coparticipación de la Escuela de Arquitectura y Paisaje de Burdeos (Francia) y la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile, de la ciudad de Santiago.

El acto se llevó a cabo en el Teatro “Príncipe de Asturias” del Centro Cultural Parque de España, y la A.R.A.R. (representada en la oportunidad por Rolando N. Maggi -h-) expuso sus históricos puntos de vista respecto de la materia en el ámbito del panel número uno titulado "El Enfoque de la Sociedad Civil y de las Empresas", compartiendo el estrado con otros invitados especiales tales como la Bolsa de Comercio de Rosario, el Grupo "Veloxia" (adjudicatario de la licitación Tren de Alta Velocidad Buenos Aires - Rosario - Córdoba), el Foro Regional Rosario y el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe (Distrito 2).

El Taller continuó por otros ocho días, dedicado a actividades prácticas conjuntas entre docentes y estudiantes de las tres casas de estudio; sin embargo, también la A.R.A.R. participó de esta instancia, a través de la exhibición en dependencias de la Facultad Local, de los paneles de la Exposición “El Tranvía, Ayer y Hoy” (que durante catorce meses fue protagonista en el Museo Histórico Provincial “Dr. Julio Marc”). Estos paneles fueron mantenidos durante todo el mes de septiembre y la primera quincena de octubre, y fueron oportunidad propicia para que los integrantes de la comunidad universitaria pudieran tomar contacto con la historia tranviaria local y su decisiva influencia en la extensión de la trama urbana, además del brillante presente que el Tranvía disfruta en buena parte del Mundo.

Como en el caso del “Polo Ferroviario Rosario”, la A.R.A.R. valoriza el interés con que se observa desde importantes actores de nuestro medio, el imprescindible desarrollo que deberán tomar en el ámbito metropolitano, las necesarias infraestructuras de transporte dentro de las cuales los medios guiados y de tracción eléctrica deberán tener destacada participación, como poderosa herramienta para el mejoramiento de la calidad de vida de habitantes y circunstanciales pasajeros o visitantes.

CIERRE DE LA MUESTRA "EL TRANVÍA, AYER Y HOY"

Luego de alrededor de catorce meses de exhibición ininterrumpida, durante el mes de agosto fue clausurada la muestra “El Tranvía, Ayer y Hoy” que la A.R.A.R. presentó en conmemoración del centenario del establecimiento de los tranvías eléctricos en nuestra ciudad, en los salones del Museo Histórico Provincial “Dr. Julio Marc”.Varias decenas de miles de personas tuvieron oportunidad para deleitarse con imágenes, objetos e historias del que llegó a ser por su extensión, el segundo sistema tranviario de la Argentina. Agregado a la evocación del pasado, también el presente y futuro del Tranvía tuvieron un espacio destacado en la muestra, sorprendiendo a muchos de los visitantes la magnitud que está tomando en el Mundo la reimplantación de estos sistemas de transporte, caracterizados por su alto grado de integración al medio urbano, sus evidentes ventajas ambientales y la posibilidad de reducir significativamente el consumo de energías no renovables y la emisión de gases de efecto invernadero.Desde las columnas de EL ROSARINO, queremos hacer llegar nuestro agradecimiento a todos aquellos que, individual o institucionalmente, nos ayudaron a posibilitar esta exposición, la que esperamos podrá reiterarse en el futuro en otros ámbitos, para ampliar aún más la difusión que merece y requiere este medio de transporte, como parte integral de un sistema multimodal que imperiosamente necesitan nuestras ciudades, en pos del mejoramiento de la calidad de vida de la ciudadanía.

lunes, 29 de septiembre de 2008

¿UN TREN PARA TODOS?

Por Felipe R. Cianciolo *

Hace ya un tiempo que el Gobierno lanzó su proyecto de implementación del tren de gran velocidad. Desde ese momento diversas voces, medios, políticos, comunicadores, gremios y particulares, hoy devenidos en expertos ferroviarios, se expresaron en contra del mismo, y se manifestaron a favor de una propuesta llamada eufemísticamente “Un tren para todos”, fogoneada desde Proyecto Sur, cuya cabeza visible son el cineasta Pino Solanas y el diputado Claudio Lozano. Sintéticamente, en ese proyecto se manifiesta que con el dinero que se utilizaría para el tren alta velocidad (3100 millones de dólares) se podría encarar la reconstrucción de lo que fue Ferrocarriles Argentinos.
A casi 15 años de la determinación de aplicar el proceso de concesionamiento de los trenes urbanos de pasajeros (corta distancia) y de carga, y de la anulación de los servicios interurbanos de pasajeros (larga distancia) es importante aclarar aspectos específicos que no están presentes en ese discurso único que se ofrece a la sociedad. Debe informarse que en aquel proceso de concesionamiento y suspensión de servicios fue desmantelada gran parte de la infraestructura ferroviaria levantándose los rieles en ramales enteros y destruyéndose el sistema de señales y comunicaciones.
De igual forma se procedió con el material rodante, “canibalizándolo”, expresión ferroviaria que significa la remoción de elementos componentes para colocarlos en otras unidades, reduciendo los parques disponibles por abandono y radiación, política que hizo desaparecer series enteras de locomotoras, coches motores, de pasajeros y vagones. También estaciones ferroviarias y apeaderos han desaparecido y otras pasaron a formar parte de municipios provinciales, como oficinas o centros culturales. Los grandes establecimientos de atención integral del material rodante (talleres, depósitos y desvíos) fueron reducidos, o discontinuados y vandalizados. Otros formaron parte de las concesiones ferroviarias y reducidos a una mínima expresión, y con muy pocos se formaron cooperativas obreras.

Igualmente se discontinuaron depósitos de locomotoras y desvíos de coches remolcados y vagones, destinados al mantenimiento preventivo del material rodante. Igual destino corrieron laboratorios de ensayos de materiales, laboratorios de control de materiales y repuestos de fabricación y recambio. Esta síntesis explica claramente que la mayoría de los ramales ferroviarios de larga distancia deben ser construidos nuevamente y los existentes, que se encuentran en malas condiciones, deben ser inspeccionados para clasificar los que pueden ser reparados a nuevo, y los que deben ser descartados. Asimismo, la otra pata del sistema ferroviario, el material rodante, no ofrece perspectivas de utilización eficiente. La dotación de locomotoras diésel eléctricas en servicio adolece de serios diferimientos de reparaciones secuenciales y falta de mantenimiento preventivo sin reposición de repuestos específicos de tecnología no disponible en el país. El parque de coches remolcados de pasajeros es técnicamente obsoleto, reducido y con serias deficiencias técnicas y deterioros de alto costo para su recuperación.
Los vagones de carga de mejor estado técnico y los últimos incorporados a los ex Ferrocarriles Argentinos fueron entregados a los concesionarios de carga. El material rodante remanente que quedó en poder de los organismos de administración de esos bienes fue chatarreado y subastado y, de existir vehículos en su poder, seguramente se encuentran con deterioros de carácter terminal y sólo podrían restituirse al servicio a través de reconstrucciones de altísimo costo, difícil de justificar.
Por lo expuesto, cabría preguntarse cuál es el material rodante a que se refiere el plan arriba citado, dónde se encuentra. ¿O es con el que cuentan las concesiones provinciales, o el de las concesionarias privadas? Se habla de 18 mil kilómetros de vías reconstruidas a nuevo, reparación de 300 locomotoras, 900 coches de pasajeros y 15 mil vagones, con un presupuesto de 3100 millones de dólares. Tal plan no se corresponde con los costos que implican estas obras. A continuación algunos datos:
- La construcción de la estructura de vía soldada sobre durmientes de hormigón armado monobloque, pretensados, rieles de 54 kilos por metro, modernas fijaciones elásticas de vía (fast clip), con obras de drenaje, accesorios de sujeción, juegos de cambio, soldaduras, armados de vías, nivelación, balasto, mano de obra, y complementarios de carga y descarga de materiales, fletes y maniobras, construcción en terreno plano, implica un costo de 600 mil dólares, costo que se incrementa en terrenos con lomadas o de montaña.
- No se tiene en cuenta en este costo: alcantarillas, puentes, pasos a nivel, muros de contención, andenes ni otras obras menores.
Por lo tanto, si se habla de 18 mil kilómetros de vía, se tendría que invertir 10.800 millones de dólares sólo en la infraestructura.
Supongamos que el material rodante del que se habla se encontrara con diferimientos de reparaciones secuenciales y mantenimiento preventivo y seguramente en mal estado o es obsoleto. La reparación de locomotoras diésel eléctricas, intervención que tendría el carácter de una reparación general profunda para darle confiabilidad, es decir que se atenderían todos sus componentes, rondaría un monto cercano a los u$s 350 mil. Por lo tanto, la reparación de 300 locomotoras se sitúa en un presupuesto de 105 millones de dólares. Respecto de los coches remolcados, entiendo que el parque disponible es menor que los 900 que requiere tal programa; no obstante, si hubiera disponible esa cantidad, y considerando que por el estado técnicamente deficitario en que se encontrarían, la reparación tendría carácter de reconstrucción. a razón de u$s 180 mil por unidad se debería invertir 162 millones de dólares. Si consideramos vagones disponibles con desgastes producto del uso normal de los vehículos, su reparación estaría alrededor de u$s 18 mil, por lo que para 15 mil vagones habría que invertir 270 millones de dólares. Si se trata de vagones que pudieran haber quedado en poder del Estado, serían con vida útil vencida y en estado de radiación, y no sumarían 15 mil unidades y su reconstrucción no sería justificable.
En resumen, insumiría un total de 11.337.000.000 de dólares. Y no se tienen en cuenta obras complementarias (estaciones, oficinas, boleterías, etc.), ni la construcción de talleres de reparación, depósitos y desvíos del material rodante, ni la construcción de edificios para el acopio y distribución de materiales y repuestos.
Finalmente, otro elemento significativo a tener en cuenta resulta la velocidad máxima que se quiere alcanzar, de 120 kms/hora, seguramente se trata de velocidad comercial. Con la locomotora existente de mayor potencia, 1950 HP, con una formación de 13 coches, con vehículos de 43 toneladas, difícilmente pueda alcanzarse esa velocidad promedio. Como se observa, el plan del que hago cita más arriba carece de credibilidad, es inconsistente y fue anunciado con ligereza, carece de precisión en cuanto a costos e inversiones para su concreción al desconocer el estado patrimonial y de los recursos remanentes actuales de los ex Ferrocarriles Argentinos después del proceso de concesionamiento a sectores privados y provinciales y el cierre de servicios. Cabría preguntarse si, en los albores del siglo XXI, el país debería invertir una extraordinaria suma de dinero para tener un sistema ferroviario con características del año 1960, con tecnología obsoleta y costosa, con un tipo de tracción que utiliza energía no renovable, contaminante y cara, con vías de bajo peso por eje, con vehículos para pasajeros de confort mínimo, en las antípodas del que ofrecen los micros de larga distancia y media distancia, y altos costos en el mantenimiento y en el control de la seguridad de marcha y un transporte de cargas lento e inseguro, cuando las previsiones de transporte de materias primas, en el mediano y largo plazo, son extraordinarias.
Es cierto que al tratar el tema transporte un aspecto a tener en cuenta es el de la seguridad vial. Aun la existencia de una autopista no garantiza en absoluto la seguridad en el transporte. Son de público conocimiento los graves accidentes que se suceden en nuestras rutas, a lo que se suma la suspensión de circulación por falta de visibilidad.
Estas son causas que por sí solas obran a favor de transferir viajes del auto, el ómnibus de media y larga distancia, y parte del transporte en camión, a favor del ferrocarril. Y el sistema ferroviario lo logra de manera determinante a nivel mundial en una cobertura de hasta 700 kilómetros de distancia, con beneficios incuestionables, pero no puede pensarse en cubrir esa distancia en los tiempos a los que nos acostumbraba nuestro ferrocarril en el siglo pasado, o con las velocidades propuestas. ¿Por qué no puede pensarse en la implementación progresiva de una red federal de gran velocidad, que vincule las principales ciudades del país, y que, seguramente, facilitará la rehabilitación de más ramales de velocidad media de distinta tecnología que los que utilizamos para combinar servicios, revitalizando al ferrocarril en su conjunto, además de obras de infraestructura complementarias que beneficiarán a las comunidades?
* Ex funcionario de los ex Ferrocarriles Argentinos.
(Nota publicada por el Diario Página/12 en su edición del 22 de septiembre de 2008

lunes, 14 de julio de 2008

UN CUMPLEAÑOS "FRATERNAL"






Con motivo de celebrarse el 121° aniversario del sindicato La Fraternidad, se llevó a cabo un almuerzo en la sede de calle Crespo 163 de la ciudad de Rosario.




El acontecimiento tuvo una doble significación, pues se inauguraron las obras de restauración edilicia, las que con mucho esfuerzo fueron acometidas por los integrantes de la Seccional Local del Sindicato, con el apoyo económico de la Comisión Directiva Nacional.




El titular de la casa anfitriona, Raúl Vasconi, recibió a aproximadamente trescientos comensales, entre los que se destacaban en Secretario General de La Fraternidad, Omar Maturano, y el Subsecretario de Transporte Ferroviario dependiente de la Secretaría de Transporte de la Nación, Antonio Luna, entre otras destacadas personalidades.




Un muy bien servido almuerzo amenizado con números musicales, tuvieron un realce singular gracias a las instalaciones, que lucían como en sus mejores tiempos.
Uno de los momentos más emocionantes, tuvo lugar cuando las autoridades del señero sindicato entregaron distinciones y reconocimientos a aquellas personas con cincuenta años de afiliación.




Por su parte, también se dieron cita representantes de las cuatro empresas ferroviarias que operan en la zona, además de invitados especiales entre los cuales nos honramos en concurrir.




Nos queda agradecer a la Familia Fraternal por habernos distinguido con su convocatoria, y reconocer especialmente a nuestro amigo, Eduardo Della Pascua, quien desde su labor en dicho sindicato y en la Escuela Técnica Carlos Gallini, tiene presente a la A.R.A.R. en todos los eventos destacados en los que interviene.

domingo, 15 de junio de 2008

TRENES PARA TODOS / por Carlos A. Fernández Priotti

Desde hace algunas semanas, la opinión pública ha sido objeto de una mediática campaña afirmada en el eslogan NO AL “TREN BALA”, liderada por el Movimiento Proyecto Sur. Como parte destacada de la iniciativa se argumenta que, en contraposición a la licitación llevada adelante por el Gobierno Nacional tendiente al establecimiento de un servicio ferroviario para pasajeros de alta velocidad entre las ciudades de Buenos Aires, Rosario y Córdoba (hay en trámite otra similar hasta la ciudad de Mar del Plata), se podría llevar a cabo la reconstrucción de una gran parte de la red ferroviaria nacional, haciendo hincapié que esta alternativa tendría un costo significativamente menor al de la iniciativa oficial.

Independientemente de las consideraciones relativas a la justificación sobre la necesidad de la obra de alta velocidad ya adjudicada (de lo que me ocuparé más adelante), en primer lugar creo necesario realizar algunas observaciones respecto de las afirmaciones que se hacen en oposición a aquella.

Principalmente, la argumentación se basa en el supuesto que, a través de la inversión de 3.100 millones de dólares, se podrían alcanzar estos objetivos:

· 18.000 kilómetros de vías reconstruidas a nuevo (7.000 para trenes de pasajeros y 11.000 sólo para trenes de carga);
· 300 locomotoras;
· 900 coches de pasajeros;
· 15.000 vagones para carga.

Según el leal saber y entender del suscripto, esta afirmación es inexacta y falaz. El sustento de esta opinión se desarrolla a continuación.
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Durante el año 2005, se publicó un libro titulado “La República que ¿perdió? el tren / Análisis y proyecto para refundar los ferrocarriles en la Argentina”. Su autor, Jorge Rubén Contestí, desarrolló de manera muy pormenorizada, un proyecto para la reintroducción de servicios ferroviarios para pasajeros de larga distancia, y un esquema complementario para la reactivación de servicios para cargas sobre tramos de la red férrea no utilizados por aquellos.
De la lectura de dicho libro (que incluye además algunas interesantes anécdotas del autor memorando su paso por la desaparecida empresa ferroviaria estatal), el suscripto concluyó que se trataría de una bienintencionada propuesta, aunque se encuentra parcialmente basada en información técnica o económica algo desactualizada.
Como parte integrante del proyecto esbozado por el señor Contestí, entre otros, se presentaron los siguientes elementos:

Adquisición de material rodante

· 713 coches de Primera Clase y Clase Turista, con aire acondicionado o climatizado, bogies oscilantes, frenos ABS y telefonía [entre U$S 380.000 y U$S 320.000 por unidad] (páginas 56 a 58 y 71);
· 214 furgones para equipajes, encomiendas y correo [U$S 200.000 a U$S 220.000 por unidad] (páginas 58 y 71);
· 71 locomotoras de 1300 HP (para servicios de pasajeros) [U$S 1.200.000 por unidad] (páginas 60 a 61 y 72);
· 242 locomotoras de 1800 HP (para servicios de cargas) [U$S 1.650.000 por unidad] (páginas 158 y 159);
· 15.638 vagones para cargas [U$S 45.000 por unidad] (páginas 161 y 162).

Inversiones en infraestructura

· 7.000 kilómetros de vía a renovar, para servicios de pasajeros interurbanos (con durmientes de hormigón, rieles de 50 kilogramos por metro, soldaduras y eclisas, y balasto de piedra) [U$S 169.000 por kilómetro] (páginas 119 y 226 a 228);
· 11.000 kilómetros de vía a renovar, para servicios de cargas (con cambio del 10% por rieles de 50 kilogramos por metro, soldaduras y eclisas del 30%, recambio del 17% de durmientes de quebracho colorado, y agregado sobre el 20% de balasto de piedra -1200 m3 por kilómetro-) [U$S 50.000 por kilómetro] (páginas 234 a 236).

Ahora bien, si se aplican los costos unitarios arriba consignados, a los totales de material rodante e infraestructura a renovar según las premisas del proyecto del señor Contestí, se alcanzan los siguientes resultados:

· 713 coches de Primera Clase y Clase Turista [U$S 350.000 (promedio) por unidad]: U$S 249.550.000
· 214 furgones para equipajes, encomiendas y correo [U$S 210.000 (promedio) por unidad]: U$S 44.940.000
· 71 locomotoras de 1300 HP [U$S 1.200.000 por unidad]: U$S 85.200.000
· 242 locomotoras de 1800 HP [U$S 1.650.000 por unidad]: U$S 399.300.000
· 15.638 vagones para cargas [U$S 45.000 por unidad]: U$S 703.710.000
· 7.000 kilómetros de vía a renovar, para servicios de pasajeros interurbanos [U$S 169.000 por kilómetro]: U$S 1.183.000.000
· 11.000 kilómetros de vía a renovar, para servicios de cargas [U$S 50.000 por kilómetro]: U$S 550.000.000
TOTAL: U$S 3.215.700.000

A la vista de estos números, resulta evidente que las cifras que el Movimiento Proyecto Sur ha hecho públicas en apoyo a su campaña afirmada en el eslogan NO AL “TREN BALA”, corresponden aproximadamente a las publicadas en el libro del señor Contestí, siendo evidentemente basadas en su proyecto.

LA MANIPULACIÓN DE NÚMEROS
(o COMO SE DESINFORMA, ADUCIENDO INFORMAR)

Realizando una lectura más detenida de las consignas adoptadas por el Movimiento Proyecto Sur, es necesario destacar que, de acuerdo con los presupuestos unitarios y cantidades totales consignados en el trabajo del señor Contestí, surgen evidentes algunas inexactitudes que tienen significativo impacto en las sumas que se pretende exhibir a título comparativo respecto de la iniciativa de alta velocidad llevada adelante por el Gobierno:

Número 1: “18.000 KILÓMETROS DE VÍAS RECONSTRUIDAS A NUEVO”

Si aplicamos en el sentido estricto de la palabra, el concepto de “vías reconstruidas a nuevo”, es obvio que tal criterio corresponde a una renovación total de rieles, durmientes, fijaciones y balasto. Por ende, las cifras totales (manteniendo los montos unitarios y cantidades de incorporación de material rodante e infraestructura apuntados en el libro del señor Contestí) resultarán como sigue:

· 713 coches de Primera Clase y Clase Turista [U$S 350.000 (promedio) por unidad]: U$S 249.550.000
· 214 furgones para equipajes, encomiendas y correo [U$S 210.000 (promedio) por unidad]: U$S 44.940.000
· 71 locomotoras de 1300 HP [U$S 1.200.000 por unidad]: U$S 85.200.000
· 242 locomotoras de 1800 HP [U$S 1.650.000 por unidad]: U$S 399.300.000
· 15.638 vagones para cargas [U$S 45.000 por unidad]: U$S 703.710.000
· 18.000 kilómetros de vía a renovar “a nuevo” (según se consigna en folleto “Movimiento Proyecto Sur”) [U$S 169.000 por kilómetro]: U$S 3.042.000.000
TOTAL: U$S 4.524.700.000

ESTA ES UNA CIFRA SUPERIOR EN 46% AL MONTO TOTAL DE U$S 3.100 MILLONES, SEGÚN LOS LINEAMIENTOS PROCLAMADOS POR EL MOVIMIENTO PROYECTO SUR


Número 2: “120 KILÓMETROS POR HORA (TRES VECES EL PROMEDIO DE VELOCIDAD ACTUAL)”

Esta afirmación estaría basada en lo citado en el libro del señor Contestí; sin embargo, en esa obra se cita la velocidad de 120 kilómetros por hora, como VELOCIDAD MÁXIMA, no PROMEDIO.

Cabe señalar a este respecto, que tal diferencia no es menor. Como ejemplo, se puede citar el caso de los servicios para pasajeros que prestaba la empresa Ferrocarriles Argentinos durante la década de 1980, entre las ciudades de Buenos Aires y Rosario: la velocidad máxima autorizada era de 120 kilómetros por hora, aunque no correspondía para toda la extensión del trayecto. La salida desde Retiro hasta José León Suárez (terminal del servicio suburbano electrificado) debía realizarse observando una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora, y aún así era habitual sortearla manteniendo una velocidad promedio de 45 kilómetros por hora, dada la forzosa coexistencia con el tráfico suburbano. Superada la sección electrificada, estas limitaciones desaparecían, aunque se debía circular sobre diversos tramos de vía en variado estado de conservación (por ejemplo, la vía ascendente de Retiro a Rosario estaba en mejores condiciones que la descendente de Rosario a Retiro). Con todo, las velocidades máximas estaban siempre por arriba de 80 kilómetros por hora (entre 90 y 120 por lo general). Aún así, la velocidad promedio “punta a punta” entre Retiro y Rosario (para servicios con una sola parada en San Nicolás), alcanzaba los 82 kilómetros por hora (1).

Se debe agregar a lo antes indicado, que este promedio de velocidad era alcanzado por locomotoras de 2475 HP de potencia (2), remolcando formaciones integradas por 6 coches que acumulaban un peso de 332 toneladas (promediando 55,3 toneladas por vehículo -exceptuando la locomotora-). La potencia de las locomotoras es exigida a fin de permitir la rápida aceleración necesaria para recuperar el tiempo perdido en paradas, o reducciones de velocidad impuestas por precauciones de vía. Un indicador técnico que reseña esta situación es la relación peso del tren (excepto locomotora) versus potencia máxima, cuyo cociente arroja como resultado 7,45 HP/tonelada. Aún utilizando en reemplazo de este tipo de locomotora, otra de menor potencia (3) que la anterior, la relación ascenderá a 5,87 HP/tonelada.

Sin embargo, el señor Contestí, en su libro propone el uso de locomotoras de 1300 HP de potencia, para remolcar formaciones de 13 coches. Asumiendo que el peso de los vehículos fuera inclusive menor al de las unidades indicadas en el párrafo precedente (digamos 50 toneladas por unidad, que representa una reducción de casi el 10%), la relación peso del tren versus potencia máxima, calculada para este caso, resulta 2 HP/tonelada (un 73% o 66% inferior a las correspondientes a los ejemplos previos). Esta diferencia representa una notoria desventaja para esta formación respecto de las anteriores, teniendo como resultado directo una disminución en la velocidad promedio (que será necesariamente menor a los 82 kilómetros por hora alcanzados durante la década de 1980).
Finalmente, otro elemento significativo a tener en cuenta resulta la velocidad máxima que puede alcanzar una locomotora de potencia determinada con una formación dada, en horizontal (perfil llano) y en recta (sin curvas). Utilizando la formación de 13 coches propuesta por el señor Contestí, y estimando el peso de cada vehículo en 50 toneladas, la locomotora de 2475 HP alcanzaría una velocidad límite de 128 kilómetros por hora; la de 1950 HP alcanzaría 113 kilómetros por hora, mientras que la de 1300 HP alcanzaría (4) una velocidad de 94 kilómetros por hora. Difícilmente pueda alcanzarse una velocidad promedio de 120 kilómetros por hora, cuando la velocidad máxima ni siquiera alcanza a superar los 100 kilómetros por hora, y menos aún a partir de la señalada relación peso-potencia.
Una aproximación para estimar la velocidad promedio, puede hallarse calculándola como las 2/3 partes de la velocidad máxima a lo largo del trayecto bajo evaluación: para el caso de una vía habilitada para 120 km/h, circulada con trenes impulsados por locomotoras que puedan alcanzar dicha velocidad, la velocidad promedio sería de 80 km/h. (5); en cambio, si sobre ese mismo trayecto, se circulan trenes impulsados por las locomotoras de 1300 HP adoptadas en el libro del señor Contestí, la velocidad promedio alcanzada correspondería a 63 kilómetros por hora.

ESTA ES UNA VELOCIDAD CASI LA MITAD QUE LA INVOCADA DE 120 Km/h, SEGÚN LOS LINEAMIENTOS PROCLAMADOS POR EL MOVIMIENTO PROYECTO SUR


Número 3: “3100 MILLONES DE DÓLARES, 1900 MILLONES DE DÓLARES MENOS QUE PARA EL TREN BALA"

Aparte de lo ya consignado al tratarse la Inexactitud Número 1, es necesario agregar que el libro del señor Contestí consigna algunos precios unitarios de materiales que presuntamente deben haber sido utilizados por el autor para calcular los costos de trabajos de reconstrucción o renovación de vía:

Algunos materiales empleados en infraestructura
· Rieles de 50 kilogramos por metro [U$S 600 por tonelada] (página 120);
· Piedra para balasto [U$S 10,56 por tonelada] (página 121).

Desconociendo la fuente documental, se puede citar que el suscripto mantuvo contactos durante el año 2005-6, relativos a la provisión de rieles ferroviarios desde el extranjero (Europa). En esa oportunidad se obtuvo una cotización del orden de los U$S 567 por tonelada. Este precio -que aparenta aproximarse mucho a la indicada por el señor Contestí- en realidad corresponde a condición “ex works” (materiales puestos sobre vehículo de transporte en la fábrica), lo que significa que se le deben agregar items tales como: transporte hasta puerto ultramarino, eslingaje y carga en buque, tasas de embarque, fletes y seguros marítimos, descarga en puerto ultramarino argentino, tasas portuarias, nacionalización del material importado, flete terrestre hasta el frente de obra, descarga e inspección final. Todos estos elementos deben ser tenidos en cuenta para determinar el costo real de los materiales importados, y no son una parte menor en la determinación de precios, tratándose en el caso de los rieles, de materiales de gran peso, difícil manipulación y relativamente bajo costo por unidad de peso.

Para basarnos en antecedentes nacionales, viene al caso citar una referencia del año 2007 que indica (6) para la piedra para balasto, un precio de $55 por tonelada, valor que en la actualidad (aplicando un incremento probable del 20%) ascendería a $66 por tonelada, equivalente a U$S 21 por tonelada al cambio actual. En este mismo presupuesto se computa el precio de rieles de 54 kilogramos por metro al valor de U$S 925 por tonelada, y de U$S 59 por cada durmiente de hormigón armado (ambos valores –considerados razonables y válidos por el suscripto, han sido adoptados más adelante para el cálculo de costo de renovación por kilómetro de vía).

¿A qué obedecen estas diferencias? Desconociendo el suscripto las fuentes documentales de las que hizo uso el señor Contestí, el sentido común indica como probable que haya utilizado valores previos a la salida de la Convertibilidad 1$ = 1U$S (años 2001-2). De ser así, la validez de la continuidad de las cotizaciones en U$S luego de la devaluación del peso se podría haber explicado para el caso de un insumo de procedencia extranjera, tal como es el caso de los rieles (7); sin embargo, un sostenido fenómeno de inflación de precios por alta demanda de mercados emergentes (8), sumados a la progresiva devaluación que ha sufrido la divisa estadounidense, han traído aparejado un sensible aumento en la cotización de estos insumos.

Por otra parte, un insumo de producción local (tal como es la piedra para balasto), si bien puede haber experimentado una baja relativa (en dólares) al momento de la devaluación y por un lapso siguiente, la reactivación de la economía junto con el mantenimiento desde hace varios años de una paridad peso-dólar prácticamente fija, han significado que el precio en dólares ya ha superado los valores previos a la salida de la Convertibilidad. Este argumento también es válido para aplicarse al caso de otros elementos de provisión nacional, así como para los fletes, mano de obra y supervisión de obra.

Una buena aproximación para obtener el costo real de una renovación de vía (9), pasa por estimar el costo de rieles y durmientes (históricamente los dos componentes de mayor gravitación dentro de la ecuación de costo) y multiplicarlo por dos (10), cubriendo este incremento el resto de los gastos inherentes a esta tarea (piedra para balasto, elementos de unión entre rieles y fijación de éstos a los durmientes y la mano de obra, gastos varios emergentes del montaje de diversos elementos y terminación de la vía). Si aplicamos este criterio para el caso que nos interesa, resultará como sigue:

Precio de rieles y durmientes para renovación de vía (por kilómetro)
· 2000 metros de rieles de 50 kilogramos por metro = 100 toneladas [U$S 925 por tonelada]: U$S 92.500
· 1600 durmientes de hormigón armado [U$S 59 por unidad]: U$S 94.400
TOTAL CONJUNTO: U$S 186.900

Si a este resultado lo multiplicamos por 2, encontramos que la estimación de costo kilométrico de renovación de vía arrojaría aproximadamente la suma de U$S 373.800.

Se debe agregar a este resultado, el hecho que los precios para la reconstrucción de la vía, NO incluyen el costo de reconstrucción de sistemas de señalización y telecomunicaciones (prácticamente eliminados de las secciones del Interior), por lo que este apartado deberá ser tenido en cuenta. De la misma manera, también debe preverse la renovación de las vías de cruce y desvíos en las estaciones (cuya longitud puede estimarse entre un 5 y 10% adicional sobre el total a renovar), la renovación de todos los aparatos de vía (cambios y cruces) situados sobre vía principal y la renovación o reacondicionamiento de aquellos situados fuera de la misma, así como también la reparación o construcción de nuevas instalaciones dedicadas al mantenimiento del material rodante a incorporar. Finalmente, también se debe prever la reparación o reconstrucción de obras de arte cuyas condiciones actuales no permitirían la circulación de los servicios previstos manteniendo las debidas condiciones de seguridad, y otro tanto deberá hacerse sobre los pasos a nivel, sean éstos protegidos (con barreras) o no, y actualización de medidas de protección (luces de alerta, campanillas, barreras o inclusive nuevos cruces a desnivel) en aquellos pasos a nivel cuyas actuales condiciones de tránsito carretero han evolucionado respecto de la situación previa, y teniendo en cuenta la circulación de los servicios previstos en el proyectado esquema.

Evidentemente, todos estos elementos descriptos en el párrafo anterior no han sido tenidos en cuenta en los cálculos del señor Contestí, y por ende tampoco han sido incluidos en las cifras ampliamente difundidas por el Movimiento Proyecto Sur. Podemos hacer una aproximación si estimamos la participación de todos estos elementos en alrededor de un 33% suplementario sobre la cifra estrictamente correspondiente a renovación de vía, llevando el costo total de renovación de vía e infraestructuras y superestructuras afines a la cifra de U$S 500.000 por kilómetro.

El precio del material rodante a incorporar también ha debido ser sometido a análisis. Cifras recientes de los EE.UU. de Norteamérica indican precios de locomotoras Diesel-eléctricas que superan los U$S 2 millones por unidad (en Europa, los precios son notablemente superiores); sin embargo, en este item no se modificará el presupuesto del señor Contestí. Por otra parte, los coches de pasajeros -de servicio común, no de alta velocidad- en la Unión Europea registran precios en torno (o incluso mayores) a 1 millón de Euros (U$S 1,55 millones al cambio actual). Finalmente, el costo de vagones de carga en los EE.UU. de Norteamérica oscilan entre U$S 65.000 y U$S 90.000 por unidad, mientras que en el Brasil (país vecino al nuestro, que cuenta con una poderosa y bien desarrollada industria del ramo) están en el orden de los U$S 75.000.

Por las razones antes indicadas, para el cálculo de adquisición de material, mantendremos los costos unitarios de U$S 1,2 y 1,65 millones para las locomotoras de 1300 y 1800 HP, mientras que adoptaremos un costo unitario de de U$S 600.000 para los coches para pasajeros, de U$S 400.000 para los furgones para equipajes, encomiendas y correo, y de U$S 75.000 para vagones.

De esta manera, el presupuesto conforme a los parámetros promocionados por el Movimiento Proyecto Sur da los siguientes resultados:

Total a invertir
· 713 coches de Primera Clase y Clase Turista [U$S 600.000 (promedio) por unidad]: U$S 427.800.000
· 214 furgones para equipajes, encomiendas y correo [U$S 400.000 (promedio) por unidad]: U$S 85.600.000
· 71 locomotoras de 1300 HP [U$S 1.200.000 por unidad]: U$S 85.200.000
· 242 locomotoras de 1800 HP [U$S 1.650.000 por unidad]: U$S 399.300.000
· 15.638 vagones para cargas [U$S 75.000 por unidad]: U$S 1.172.850.000
· 18.000 kilómetros de vía a renovar “a nuevo”(incluyendo acondicionamiento de infra y superestructura) [U$S 500.000 por kilómetro]: U$S 9.000.000.000
TOTAL: U$S 11.170.750.000

ESTA ES UNA CIFRA SUPERIOR EN 260% AL MONTO TOTAL DE U$S 3.100 MILLONES, SEGÚN LOS LINEAMIENTOS PROCLAMADOS POR EL MOVIMIENTO PROYECTO SUR


EL FERROCARRIL “DEL INTERIOR” DEBE SER RECONSTRUIDO Y ESTAR AL ALCANCE (Y SERVICIO) DE TODOS

Este título quizás podría resultar contradictorio para el lector, pudiendo éste haber pensado involuntariamente que era intención del autor, objetar la propuesta de reconstruir las principales líneas ferroviarias del Interior.

Todo lo contrario. Creo que debemos plantearnos firmemente como objetivo de mediano plazo, la reconstrucción de nuestros ferrocarriles para que vuelvan a ocupar un lugar destacado dentro del sistema de transporte. Pero para poder recuperar a este enfermo (el ferrocarril) del grave estado de postración en el que se encuentra, primero debemos realizar un diagnóstico realista de su verdadero estado actual, para así poder determinar el correcto tratamiento al que se lo deberá someter para arribar al objetivo perseguido. Lanzar cifras caprichosas y faltas de una debida justificación, aparejará la adopción de un remedio insuficiente, que tendrá el doble efecto contraproducente de no resolver efectivamente la enfermedad, y a la vez retardará la obtención de la mejoría definitiva (cuando no termine por matar al enfermo).
Las cifras que he aportado en las páginas anteriores, son una aproximación razonable para tomar verdadera dimensión de la situación en la que nos encontramos.

Adoptada la decisión de emprender el proyecto, el primer paso debería ser la realización de un pormenorizado diagnóstico del estado actual de las líneas y ramales, estén o no en servicio; paralelamente, sería necesario tomar las acciones inmediatas a fin de evitar la prosecución de actos de hurto o vandalismo que puedan afectar los bienes e infraestructura de interés, mediante la activa participación de los niveles directamente interesados (comunales, municipales y provinciales, e inclusive actores de la sociedad civil) en la zona de influencia de cada sector de vía.

Entretanto, se podrá realizar un relevamiento de emprendimientos productivos con antecedentes o posibilidades de suministrar bienes o ejecutar tareas afines a la reconstrucción o renovación de la infra y superestructura y material rodante. En la Argentina ya se han producido locomotoras, coches para pasajeros y vagones para cargas -inclusive para la exportación-. También se encuentra en sus primeras etapas la fabricación de durmientes de hormigón (que reducirán la demanda del quebracho colorado, recurso natural que no debe proseguirse explotando para este objeto) y también se fabrican toda clase de accesorios y elementos para su utilización en este emprendimiento. Lamentablemente, los rieles fueron dejados de fabricar localmente hace más de una década, pero en vista de la importante demanda que habría que satisfacer, cabe la posibilidad de analizar seriamente la necesidad de estimular su producción nacional, con la perspectiva de colocar el excedente en el extranjero tal como ya se lo hizo en tiempos pasados.

Seguidamente se podrán llevar a cabo los trabajos de reconstrucción correspondientes, junto con la incorporación de material rodante y la formación de los recursos humanos para las tareas necesarias, la operación y el mantenimiento de lo incorporado.

Estas medidas permitirán recuperar la participación del Riel en el contexto de la actividad productiva, con los beneficios implícitos de un menor consumo de energía, ínfimos índices de siniestralidad, menores costos de transporte y reducción de la densidad de tráfico en rutas y caminos, elementos todos que convergen para elevar la competitividad y calidad de vida de la Sociedad en su conjunto.


LOS TRENES DE ALTA VELOCIDAD: SU INFLUENCIA EN EL TRANSPORTE

Para quien suscribe, la iniciativa lanzada para la implementación del servicio de trenes de alta velocidad entre las principales ciudades de la Argentina, merece el más amplio y decidido apoyo. Al contrario de lo que afirman los opositores al proyecto, éste debe ser considerado no como una fractura en el transporte interurbano de pasajeros, sino como un componente fundamental que permitirá reestructurarlo, con una influencia que no se limitará al ámbito de las ciudades de Córdoba, Rosario y Buenos Aires, sino que hará sentir su influjo tanto entre las localidades intermedias e inclusive aquellas situadas lejos de su trazado.

Desde su implementación hace más de cuarenta años, muchos países desarrollados han incorporado esta tecnología, y su difusión ya se ha extendido inclusive a países emergentes como es el caso de China, Corea, Taiwan y Turquía, y -además de nuestro país- se encuentra en avanzadas instancias de estudio o implementación en Marruecos, Arabia Saudita y Brasil. Reuniendo las ventajas implícitas del modo ferroviario (mayor capacidad de transporte y menor superficie ocupada, consumo energético y siniestralidad) y del aéreo (mayor velocidad), el concepto de transporte ferroviario de alta velocidad ha demostrado ampliamente las ventajas que lo caracterizan, especialmente sobre recorridos no superiores a 1.000 kilómetros, precisamente dentro del rango de longitud entre la capital mediterránea y la metrópoli porteña, vinculando las tres mayores aglomeraciones urbanas del país.

Analizando de manera detallada el segmento de la línea entre Buenos Aires y Rosario, he encontrado que el tráfico de pasajeros en el sector satisface el criterio internacionalmente reconocido que habilita la posibilidad de la introducción de esta clase de servicios (11). Por otra parte, su implementación permitiría en lo inmediato, una significativa reducción en el número de víctimas de accidentes viales, así como un ahorro sustancial en los tiempos de viaje, ambos elementos de importantísimo impacto social y económico (12) en la Comunidad, y que deben necesariamente ser tenidos en cuenta junto con otros elementos de economía estratégica y social en cualquier análisis comparativo que se realice.

El proyecto de alta velocidad prevé la parada de tales servicios en localidades o emplazamientos estratégicamente situados para servir ciudades o conglomerados urbanos próximos o mediatos. Entre Buenos Aires y Rosario se realizarían paradas en Villa Rosa (13) y Conesa (14), mientras que entre Rosario y Córdoba se haría otro tanto en Marcos Juárez, Bell Ville y Villa María (es la opinión de quien redacta este trabajo, que debería agregarse una parada intermedia en la ciudad de Cañada de Gómez, que extendería las ventajas de este servicio a un importante sector del Oeste de la Provincia de Santa Fe).

Al contrario de lo que se critica de manera insistente, la influencia del servicio ferroviario de alta velocidad no se limitaría a las tres ciudades principales que vincularía, sino que sus cualidades reportarán importantes beneficios a los habitantes de toda la zona intermedia e inclusive, de regiones aún relativamente distantes del Centro-Norte de la República. Las siguientes tablas dan algunos ejemplos que demuestran esta afirmación:

Caso 1: Viajes a la ciudad de Córdoba (Localidad origen (distancia por ruta (15))]

desde Santa Fe / Paraná (362 kms.)
por omnibus (16): 6 h 02 min
por auto (17): 4 h 30 min
por omnibus + tren alta velocidad (18): 4 h 34 min (combina en Rosario)

desde Concepción del Uruguay (660 kms.)
por omnibus: 9 h 34 min
por auto: 7 h 10 min
por omnibus + tren alta velocidad: 6 h 25 min (combina en Rosario)

desde Zárate / Campana (615 kms.)
por omnibus: 8 h 12 min
por auto: 6 h 09 min
por omnibus + tren alta velocidad: 4 h 05 min (combina en Villa Rosa)

desde Luján (668 kms.)
por omnibus: 9 h 03 min
por auto: 6 h 47 min
por omnibus + tren alta velocidad: 4 h 08 min (combina en Villa Rosa)

desde Junín (621 kms.)
por omnibus: 8 h 43 min
por auto: 6 h 32 min
por omnibus + tren alta velocidad: 4 h 38 min (combina en Conesa)

desde Pergamino (544 kms.)
por omnibus: 7 h 25 min
por auto: 5 h 34 min
por omnibus + tren alta velocidad: 3 h 11 min (combina en Conesa)

desde San Nicolás / Villa Constitución (465 kms.)
por omnibus: 6 h 12 min
por auto: 4 h 39 min
por omnibus + tren alta velocidad: 3 h 10 min (combina en Rosario)

desde Venado Tuerto (390 kms.)
por omnibus: 5 h 55 min
por auto: 4 h 27 min
por omnibus + tren alta velocidad: 4 h 47 min (combina en Rosario)

desde Las Rosas (352 kms.)
por omnibus: 4 h 48 min
por auto: 3 h 36 min
por omnibus + tren alta velocidad: 2 h 41 min (combina en Cañada de Gómez)

desde Las Varillas (166 kms.)
por omnibus: 2 h 35 min
por auto: 1 h 56 min
por omnibus + tren alta velocidad: 2 h 27 min (combina en Villa María)

desde La Carlota (260 kms.)
por omnibus: 3 h 47 min
por auto: 2 h 50 min
por omnibus + tren alta velocidad: 2 h 56 min (combina en Villa María)

desde Rio Cuarto (212 kms.)
por omnibus: 3 h 32 min
por auto: 2 h 39 min
por omnibus + tren alta velocidad: 3 h 20 min (combina en Villa María)

Caso 2: Viajes a la ciudad de Buenos Aires

desde Santa Fe / Paraná (483 kms.)
por omnibus: 6 h 26 min
por auto: 4 h 50 min
por omnibus + tren alta velocidad: 4 h 30 min (combina en Rosario)

desde Concepción del Uruguay (304 kms.)
por omnibus: 4 h 28 min
por auto: 3 h 21 min
por omnibus + tren alta velocidad: 6 h 20 min (combina en Rosario)

desde Zárate / Campana (90 kms.)
por omnibus: 1 h 12 min
por auto: 0 h 54 min
por omnibus + tren alta velocidad: 1 h 36 min (combina en Villa Rosa)

desde Luján (69 kms.)
por omnibus: 0 h 55 min
por auto: 0 h 41 min
por omnibus + tren alta velocidad: 1 h 36 min (combina en Villa Rosa)

desde Junín (263 kms.)
por omnibus: 4 h 05 min
por auto: 3 h 04 min
por omnibus + tren alta velocidad: 3 h 43 min (combina en Conesa)

desde Pergamino (228 kms.)
por omnibus: 3 h 34 min
por auto: 2 h 41 min
por omnibus + tren alta velocidad: 2 h 16 min (combina en Conesa)


desde San Nicolás / Villa Constitución (240 kms.)
por omnibus: 3 h 12 min
por auto: 2 h 24 min
por omnibus + tren alta velocidad: 2 h 18 min (combina en Rosario)

desde Venado Tuerto (368 kms.)
por omnibus: 5 h 54 min
por auto: 4 h 25 min
por omnibus + tren alta velocidad: 4 h 46 min (combina en Rosario o Conesa)

desde Las Rosas (426 kms.)
por omnibus: 5 h 47 min
por auto: 4 h 20 min
por omnibus + tren alta velocidad: 3 h 10 min (combina en Cañada de Gómez)

desde Las Varillas (592 kms.)
por omnibus: 8 h 09 min
por auto: 6 h 07 min
por omnibus + tren alta velocidad: 4 h 24 min (combina en Bell Ville)

desde La Carlota (497 kms.)
por omnibus: 8 h 17 min
por auto: 6 h 13 min
por omnibus + tren alta velocidad: 4 h 48 min (combina en Villa María)

desde Rio Cuarto (604 kms.)
por omnibus: 10 h 04 min
por auto: 7 h 33 min
por omnibus + tren alta velocidad: 5 h 13 min (combina en Villa María)

desde La Rioja / Catamarca (1141 kms.)
por omnibus: 16 h 30 min
por auto: 12 h 23 min
por omnibus + tren alta velocidad: 11 h 01 min (combina en Córdoba)

desde Santiago del Estero (1034 kms.)
por omnibus: 16 h 02 min
por auto: 12 h 01 min
por omnibus + tren alta velocidad: 10 h 42 min (combina en Córdoba)

desde San Miguel de Tucumán (1191 kms.)
por omnibus: 18 h 41 min
por auto: 14 h 01 min
por omnibus + tren alta velocidad: 12 h 49 min (combina en Córdoba)

desde Salta / Jujuy (1509 kms.)
por omnibus: 23 h 57 min
por auto: 17 h 58 min
por omnibus + tren alta velocidad: 18 h 07 min (combina en Córdoba)

Asumiendo la posibilidad que cualquier potencial pasajero promedio preferirá adoptar el servicio combinado ómnibus-tren de alta velocidad, cuando el ahorro en tiempo de viaje sea de dos horas, al menos. Un análisis de las cifras descriptas en las tablas anteriores, demuestra que en la zona comprendida por el corredor Buenos Aires - Rosario - Córdoba, se darán situaciones de interés preferencial para el uso de la alternativa de alta velocidad, para aquellas localidades que se encuentran progresivamente más alejadas de la traza de ésta, conforme se aumenta la distancia que la separa del punto final del viaje considerado.

Concretamente: en la primera tabla, el servicio combinado con destino a Córdoba se demuestra como altamente favorable para aquellas localidades situadas al Este de una línea Norte-Sur que pasa por las cercanías de la ciudad de Cañada de Gómez; notablemente, el mismo fenómeno se dá en la segunda tabla, donde el servicio combinado con destino a Buenos Aires se muestra como igualmente atractivo para las localidades situadas al Oeste de la misma línea (19). Como es de esperar, el atractivo para el uso del servicio combinado es mayor para aquellos usuarios que actualmente realizan sus viajes en ómnibus, y las diferencias entre tiempos de viaje se incrementan a medida que se hace uso de un mayor trayecto sobre la línea de alta velocidad proyectada.

Viene también al caso apuntar, que la misma evaluación podría hacerse para evaluar el impacto de la implementación de este proyecto, sobre aquellas localidades situadas en el sector Centro-Este de la Provincia de Buenos Aires, cuyos habitantes también serán beneficiados en la medida que éstos necesiten realizar viajes hacia el Centro-Norte argentino, a través de servicios que los transfieran al corredor de alta velocidad en la ciudad de Buenos Aires (cuya terminal estará precisamente ubicada junto a la Estación Terminal de Ómnibus de Retiro).

También a todos estos casos debería extenderse el análisis de ahorro de horas-hombre y de la reducción en las cifras de víctimas fatales y lesionados por accidentes -en razón de la transferencia de viajeros a un modo más veloz y seguro- (indicado páginas atrás, que el suscripto realizó para el segmento Buenos Aires - Rosario exclusivamente), y que agregaría nuevos elementos a la ya por demás interesante rentabilidad social del proyecto.

Queda además habilitada la posibilidad que, a medida que se avanzase con la reconstrucción de las líneas ferroviarias convencionales del Interior, muchos de los servicios complementarios con los de alta velocidad (inicialmente prestados con ómnibus) podrán ser reemplazados por trenes regionales, extendiendo hasta las mismas localidades de origen, los beneficios emergentes de mayor comodidad, menores índices de siniestralidad y de consumo energético por pasajero transportado.

En síntesis, queda demostrado el hecho que la utilidad del servicio proyectado de alta velocidad, no se limita a una influencia pura y exclusiva sobre las ciudades principales (Córdoba, Rosario y Buenos Aires), sino que también tendrá destacada gravitación sobre una amplia zona del centro de la República.


TRENES PARA TODOS: UNA IMPERIOSA NECESIDAD

Es opinión de quien escribe, que el defecto que caracteriza a la campaña afirmada en el eslogan NO AL “TREN BALA” es, precisamente, la antinomia que plantea. El proyecto del tren de alta velocidad y la reconstrucción de nuestros maltrechos ferrocarriles son ideas que merecen un apoyo decidido, en razón de que tanto una como la otra concurren para suministrar una formidable herramienta que permitirá una sustancial mejora del transporte en el país.

Un partido político expuso en días pasados, a través de una profusa pegatina de afiches, la propuesta “NO AL TREN BALA / ARREGLEMOS LOS TRENES COMUNES PARA LA GENTE COMÚN”. Creo que la frase no pudo haber sido más desafortunada. Desde la eliminación de los servicios ferroviarios locales y de intermedias del Interior del país llevada adelante entre 1976 y 1978, la metodología de mantenimiento de los pocos servicios para pasajeros que sobrevivieron, se basó casi exclusivamente en la receta “Trenes para Pobres”. Con “comodidades” cada vez menos “cómodas” conformes a los tiempos que corrían, frecuencias cada vez más retaceadas y velocidades sustancialmente menores año a año, la utilización de los servicios remanentes se vio paulatinamente reducida por el público de nivel adquisitivo alto y medio, y quedó casi exclusivamente ocupada por los sectores más humildes, quienes no privilegiaban tiempos de viaje ni comodidades, sino ante todo -lógicamente- el menor costo del pasaje.
Cuando el gobierno de turno decretó en el año 1992, la quita del patronazgo del Estado Nacional para los servicios ferroviarios para pasajeros de larga distancia, precisamente el segmento social que más fue afectado por esta medida fue el de menores recursos. Las voces de protesta contra esta injusta medida fueron escasas, y buena parte de la Sociedad (medios de información, organizaciones gremiales y profesionales, entre otros) hizo oídos sordos, haciendo propias las promesas de infinito crecimiento y pronta extinción de la Deuda Externa que, entre otras cosas -se argumentaba-, había sido alimentada por el déficit ferroviario tantas veces declamado y demonizado como si se tratara de una más de las Siete Plagas de Egipto.

Los resultados de esta política cuasi-suicida de desmantelamiento de una formidable infraestructura de transporte están a la vista: El déficit de caja, que durante tantos años de administración laxa y carente de inversiones de magnitud, contribuía a mantener en marcha los ferrocarriles del país en todo su conjunto, desde hace más de una década contribuye a mantener el servicio ferroviario metropolitano de Buenos Aires, el que, con casos notables de disimilitud en cuanto a prestaciones y gestión, también se orienta en su mayor parte a la misma fórmula de “Trenes para Pobres” a la que se hizo alusión en párrafo antecedente.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires, los trenes para pasajeros son deficientes. En el Interior del país, son prácticamente inexistentes. En el desarrollo de este escrito se ha pretendido mostrar que la antinomia “Tren de Alta Velocidad” versus “Trenes para Todos” no tiene razón de ser. Ambos servicios pueden -y deben- coexistir, para brindar al conjunto de la ciudadanía una oferta de transporte rápido, cómodo y seguro, sin distinción de niveles socio-económicos, tanto en el ámbito del conurbano bonaerense como del resto de la República.

Hay acuerdo en que es necesario reconstruir “a nuevo” gran parte de la infraestructura ferroviaria de la Argentina. Se trata de un proyecto ambicioso, pero posible. Además, si se invierte una gran suma para reconstruir líneas y ramales que servirán indistintamente para los servicios de cargas y pasajeros: ¿por qué no hacer que estos últimos sean también atractivos para los niveles socio-económicos medios y altos? Los trenes metropolitanos, de media y de larga distancia que se podrán instrumentar sobre los trayectos reconstruidos, pueden a la vez alimentar y recibir el crecido número de pasajeros que transportarán los trenes de alta velocidad sobre los corredores principales. Ya está concretado en la ciudad de Córdoba, el proyecto de la gran estación intermodal que relacionará las ya existentes (y contiguas) de ómnibus y del ferrocarril (tanto de alta velocidad como para otros servicios metropolitanos y regionales); en Rosario también ya se ha lanzado una idea en tal sentido, aunque todavía se encuentra en etapa de anteproyecto. Estas obras permitirán complementar los servicios terrestres de una manera muy efectiva, y a la vez inclusive darán posibilidad para vincularlos ágilmente con servicios aéreos.

Tenemos la solución al alcance de nuestras manos. No la dejemos agotar en medio de discusiones estériles que ningún resultado positivo dejan. Actuemos de manera decidida, en apoyo de un proyecto amplio que podría significar un punto de inflexión para el desarrollo de la Argentina.

Carlos Alberto Fernández Priotti
Rosario de Santa Fe, Junio de 2008.

Notas aclaratorias:

(1) Podría objetarse el ejemplo que aquí se presenta, por tratarse de un servicio sobre una distancia media (315 kilómetros). Entonces se pueden considerar dos ejemplos (también de la década de 1980): el tren “El Libertador” entre Retiro y Mendoza recorría 1063 kilómetros sobre secciones de vía mayoritariamente con velocidades máximas de 100 a 120 km/h, alcanzando con solo 3 paradas intermedias, una velocidad promedio entre cabeceras de 77 km/h.; el tren “Independencia” entre Retiro y Tucumán recorría 1169 kilómetros sobre secciones de vía mayoritariamente con velocidades máximas de 70 a 110 km/h, alcanzando con idéntica cantidad de paradas intermedias, una velocidad promedio entre cabeceras de 68 km/h.

(2) Locomotoras Diesel-eléctricas General Motors modelo GT-22cw, con peso propio de 107 toneladas.

(3) Locomotoras Diesel-eléctricas ALCo modelo RSD-16, con potencia de 1950 HP y peso propio de 108 toneladas.

(4) Asumiendo para esta locomotora un peso de 90 toneladas.

(5) Nótese la proximidad con la velocidad promedio de 82 km/h. verdaderamente alcanzada por trenes (de menor cantidad de vehículos) del F.C. General Mitre, en el tramo Retiro-Rosario, durante la segunda mitad de la década de 1980 -citado en párrafos anteriores-.

(6) Presupuesto de obra “Alteo del pedraplén del F.C. San Martín en Laguna La Picasa”, consultado en el Sitio Internet de la Secretaría de Transporte de la Nación / Licitaciones. También en este presupuesto se indica el precio de rieles de 54 kilogramos por metro, al valor de U$S 925 por tonelada, y de U$S 59 por cada durmiente de hormigón armado (ambos valores han sido adoptados más adelante para el cálculo de costo de renovación por kilómetro de vía). Vale aclarar que el precio de rieles adoptado no se corresponde con un valor máximo, dado que durante el mismo año 2007 se han registrado ventas internacionales alrededor de un precio de U$S 1.100 por tonelada.

(7) Téngase en cuenta que la República Argentina desmanteló durante la década de 1990, la línea de producción de rieles con que contaba desde la década de 1960, la planta siderúrgica situada en proximidades de la ciudad de San Nicolás, Provincia de Buenos Aires. Desde entonces, cada riel nuevo que debemos emplear en renovaciones de vía, debe ser importado desde el exterior.
(8) Desde principios de 2007 y hasta el mes de marzo de 2008 inclusive, el precio internacional del acero (en distintas elaboraciones y en Dólares U.S.A.) ha experimentado un aumento promedio del 40%.

(9) Entiéndase que el trabajo de renovación de vía, a diferencia de la construcción de una vía completamente nueva, no incluye trabajos de movimiento de tierra (limpieza de terrenos, desmontes, terraplenes) ni la ejecución de obras de arte (alcantarillas, puentes, etc.).

(10) En el presupuesto de obra “Alteo del pedraplén del F.C. San Martín en Laguna La Picasa” (año 2007), los ítems combinados de provisión de rieles y durmientes suman el 47,3% del total de costos de construcción. En el caso de las obras de renovación de vías realizadas entre 1968 y 1969 por el F.C. General Mitre, los mismos ítems combinados sumaban el 54,2 %.

(11) La UIC (Unión Internacional de Ferrocarriles) admite la posibilidad de implementar servicios de alta velocidad entre ciudades cuyo movimiento de pasajeros entre las cuales sea igual o mayor a 5 millones por año [ver entrevista al Presidente de la UIC, publicada en REVISTA FERROVIARIA -Brasil-, edición de Diciembre de 2007]. Las cifras calculadas por el suscripto para el trayecto Retiro-Rosario, cumplen con esa condición.

(12) Estimaciones preliminares (realizadas por el suscripto) arrojan como resultado un ahorro anual de 51,5 millones de dólares solamente a través de la evaluación de estas dos únicas externalidades, suma que proporcionada a todo el período de amortización (30 años) de la inversión necesaria (2.500 millones de Euros -equivalentes a la fecha a 3.875 millones de Dólares-), acumula la suma de U$S 1.545 millones, resultando casi el 40% del costo total de la obra. Nótese que el cálculo preliminar sólo se ha limitado a dos componentes de externalidades, y exclusivamente al tráfico de pasajeros entre Buenos Aires y Rosario, quedando aún por incluir estos (y demás) efectos sobre el resto del movimiento de pasajeros (entre Buenos Aires y Córdoba, entre Rosario y Córdoba, y entre cualquiera de las paradas intermedias y las tres ciudades principales). Tampoco estos cálculos incluyen el fuerte aumento en la movilidad interurbana que la existencia de este servicio ha producido en todos los casos implementados al presente, influencia que también es previsible en nuestro medio.

(13) Situada a 52 kilómetros de Retiro, y a menos de 10 kilómetros al Norte de Pilar. Mediante rutas ya existentes y a través de servicios automotores coordinados, esta parada facilitaría la cobertura del sector Norte y Oeste del Conurbano, entre Zárate-Campana y Moreno-Luján (como se verá más adelante).

(14) Situada sobre la Ruta Nacional Nº 188, entre las ciudades de San Nicolás y Pergamino (a 35 kilómetros de la primera y 41 de la segunda).

(15) La distancia que aquí se consigna, corresponde a la menor distancia posible por carretera entre las localidades, excepto en aquellos casos donde existe una alternativa por autopista que, aunque sea de algo mayor recorrido, justifica su empleo dada la mayor velocidad promedio obtenible, además de la mayor seguridad de circulación.

(16) Los tiempos de viaje para ómnibus se calculan a través de la aplicación de una velocidad promedio de 60 km/h. para recorridos en rutas comunes de doble mano, y de 75 km/h. para recorridos por autopistas. Para casos mixtos, se realizará el promedio ponderado de acuerdo a la participación de cada tipo de carretera. Se aclara que toda clase de trayectos desarrollados sobre la RN9 entre Rosario y Córdoba, ya han sido calculados asumiendo que se trata de una autopista (lo que probablemente suceda entre 2009 y 2010).

(17) De manera similar al caso anterior, se calculan los tiempos de viaje aplicando velocidades promedio de 80 km/h. para recorridos en rutas comunes de doble mano, y de 100 km/h. para recorridos por autopistas.

(18) Los tiempos de viaje combinados entre ómnibus y tren de alta velocidad, se calcularán para modo ómnibus de acuerdo a la nota antepenúltima, agregando un tiempo promedio de espera y trasbordo de 30 minutos, más el tiempo insumido por el servicio de alta velocidad (promediando los tiempos anunciados entre Retiro-Rosario de 90 minutos y de Rosario-Córdoba de 95 minutos, sobre los posibles subsectores que comprenda la circulación sobre la línea de alta velocidad).

(19) Mediante una directa visualización sobre un mapa del sector, pueda notarse que a medida que se avanza a partir de la línea demarcatoria indicada, va aumentando el ancho de la franja de influencia favorable del servicio combinado, sugiriendo la figura geométrica de un cono, cuyo ancho se va incrementando a medida que aumenta la distancia entre la localidad de origen y el destino elegido.

ESTACIÓN CENTRAL CÓRDOBA, VEINTE AÑOS DESPUÉS











La primera imagen corresponde a una foto de 1988, captada por nuestro asociado Carlos A. Fernández Priotti, en donde se aprecia el intenso movimiento de carga y descarga en la playa de la estación Central Córdoba de Rosario.
La segunda fotografía corresponde al mismo lugar y tomada desde el mismo sitio. Es claro que la actividad ferroviaria desapareció casi por completo, registrándose el paso de trenes de carga muy esporádicamente y en ciertas épocas del año.
No es casual que ello haya ocurrido: la devastadora ola antiferroviaria de la década de 1990, significó que el Ferrocarril General Belgrano fuera perdiendo terreno a manos del transporte automotor. Asimismo, las crisis financieras crónicas que afectaron a las sociedades que administraron la línea desde entonces, hizo que se perdiera el control y la seguridad en muchas de las instalaciones de la red.
Desde la crisis de diciembre de 2001, la estación Central Córdoba (entre otras) fue víctima de saqueos y vandalismo, al punto de convertirse sus adyacencias, en refugio para malhechores.
Por su parte, los planes municipales siempre pugnaron por lograr la desafectación del uso ferroviario y avanzar sobre tierras e inmuebles, algo que ocurrió parcialmente a raíz de la imposibilidad de la Empresa para hacer frente a medidas preventivas de seguridad y recuperación edilicia.
Así fue como se llegó a junio de 2008, con la parquización de la que otrora fuera la playa de cargas y un monumento al Che Guevara, con una plaza que lleva su nombre, pese a que tal iniciativa no se hizo con el consenso del vecindario, con el que se había acordado otra clase de proyecto.
La contraprestación para el Ferrocarril fue la colocación de luminarias, demolición de la mayor parte del muro perimetral y otros trabajos menores.
Sin embargo, el monumental edificio de la Estación requiere urgentes medidas que eviten acentuar su progresivo deterioro, a la vez de alterar su diseño en modo alguno.




UNA REGRESIÓN AL PASADO...





En una mínima expresión, el recorrido decano de la red de trolebuses de la ciudad de Rosario, ha vuelto a utilizarse con motivo de desvíos operativos a que la línea “K” se ve sometida, por el corte sistemático de la intersección de la esquina de calles Mendoza y Sarmiento por parte de manifestantes.
Estas imágenes fueron captadas el viernes 13 de junio de 2008, en horas de la tarde. Los coches giran desde calle Mendoza, por Corrientes, para retomar su recorrido habitual por calle San Juan.
Como la línea aérea de ese desvío no registra un uso frecuente y su tendido fue realizado con el objetivo de ser empleado sólo en casos de emergencia, se puede observar la baja altura de los conductores eléctricos a la altura de la Escuela Normal Nº 1 y evidentes “panzas” más adelante, motivo por los cuales, se producen descarrilamientos de lanzas como el que se observa en el coche Nº 12.
Dicho con ironía, parece que la anunciada reactivación de la Línea “M” se remite a un tramo de 100 metros, sin pasajeros y sólo en ocasiones esporádicas…

sábado, 24 de mayo de 2008

"EL ROSARINO" EDICIÓN Nº 99 - 100


Ya se encuentra disponible el Nº 99-100 de “EL ROSARINO”, Boletín de la Asociación Rosarina Amigos del Riel.
Los temas de esta edición son:

UN CLAMOR DESDE EL MÁRMOL
Crónica de la colocación de placa recordatoria por la supresión de servicios ferroviarios locales en estación Rosario Central.

DESMANTELANDO UN SISTEMA
Evocación de todos los servicios interurbanos de pasajeros eliminados durante el año 1976.

QUINCE AÑOS, TREINTA AÑOS
Una reflexión con fotografías acerca de la consecuente política antiferroviaria llevada a cabo en 1976 y 1992.

DIFUSIÓN PÚBLICA
Actividades desarrolladas por la A.R.A.R. durante el segundo semestre de 2007.

120 AÑOS DEL FERROCARRIL EN CRUZ ALTA
Actos desarrollados en dicha ciudad del Sudeste cordobés, conmemorando el aniversario de la llegada del Riel.

AL CENTENARIO DE LA LEY MITRE
APUNTES BIOGRÁFICOS
Artículo del Investigador/Historiador Silvestre Damus, acerca de la obra pro ferroviaria de Don Emilio Mitre.

TOMANDO BUENOS APUNTES
ANUNCIOS Y REALIDADES, DIEZ AÑOS DESPUÉS
¿DÓNDE ESTÁN QUE NO SE VEN?
LA INDUSTRIA DEL SUBSIDIO
Detallado racconto y análisis sobre la primera década del servicio Retiro – Rosario a cargo de la empresa T.B.A., documentada con recortes periodísticos de época y fotografías de archivo.

CHORI-RIEL 2008 EN PÉREZ
FELIZ RESCATE DE UNA PIEZA ÚNICA
Reseña de la actividad de camaradería organizada por el Ferroviario Club Central Argentino de Pérez, y su labor de preservación de vehículos.

UNA PROPUESTA SUPERADORA PARA EL TRANSPORTE INTERURBANO DE PASAJEROS
ANÁLISIS DE POSIBLES EMPLAZAMIENTOS PARA LA ESTACIÓN INTERMODAL ROSARIO
Informe especial detallando la posición de la A.R.A.R. en lo relativo a la ubicación de la futura estación para el Tren de Alta Velocidad y su integración con otros medios de transporte público y el entorno urbano de la ciudad.

EL ROSARINO
se encuentra disponible en:
Buchín Libros – Entre Ríos 735 – Rosario;
Librería Ross – Córdoba 1347 – Rosario;
Museo y Archivo Ferroviario Regional – Bv. 27 de Febrero 599 (estación Central Córdoba) – Rosario, sábados de 17:30 a 21:00 Hs.;
Guillermo Mazzarelli –
ferroguille84@yahoo.com.ar.
Por consultas en general: amigosdelriel@yahoo.com.ar.

49 AÑOS DEL SISTEMA DE TROLEBUSES DE ROSARIO


En el día de la fecha, se cumple el cuadragésimo noveno aniversario de la inauguración del sistema de trolebuses de la ciudad de Rosario.
Es por ello que consideramos oportuno recordar esa importante fecha de la historia del transporte local, compartiendo con nuestros lectores un extracto del libro “Trolebuses Rosarinos”,

ORÍGENES DEL TROLEBÚS EN ROSARIO
Las primeras referencias con que se cuenta, reflejan el interés con que la Compañía General de los Tramways Eléctricos del Rosario (del hollding belga Sofina) se proponía instalar trolebuses en la zona sur, luego de que la Municipalidad la obligase a levantar las vías tranviarias de la línea “8” en el cantero central de la avenida San Martín, entre la calle Ayolas y la avenida Arijón. Hasta se dice que la subusina “Saladillo” (Av. San Martín al 4300) habría sido construída para alimentar a los trolebuses. Otra aparición del trolebús como proyecto se encuentra con el dibujo de un coche ilustrando la portada del libro “El Transporte Urbano de Pasajeros en la Ciudad de Rosario”, escrito por el político demócrata-progresista Manuel Barón, y que data del año 1933.
Posteriormente, el dibujo de un trolebús ilustra un breve artículo en uno de los ejemplares del “Boletín Informativo” de la “Empresa Municipal Mixta de Transporte del Rosario”. De allí en más, el trolebús en Rosario siempre fue una idea, motivo de muchas discusiones y algunos estudios desarrollados por los técnicos de la referida empresa.

ALGO CONCRETO
El primer proyecto concreto data del año 1954, durante la gestión de la entonces “Empresa de Transporte de Rosario”, de administración provincial. Fue elaborado por la firma “Electrodinie” de Buenos Aires, y consistía en la instalación de una línea troncal Norte-Sur entre el “Control” Granadero Baigorria y el Frigorífico Swift.
Desde el inicio se solicitaron fondos federales para facilitar la construcción, que no llegó a realizarse por los compulsivos cambios políticos acaecidos en el país. Sin embargo, el recorrido propuesto siguió siendo el proyecto oficial por varios años.

EL ACTO INAUGURAL
Hubo que esperar a que el Vicepresidente de la Nación fuese un rosarino para que el proyecto se cristalizase. En efecto, el Dr. Alejandro Gómez, impulsó decididamente la instalación de los trolebuses en nuestra ciudad, pese a que luego el gobierno al cual él pertenecía, fue el responsable de la masiva erradicación de trenes, tranvías y trolebuses en el país.
En un acto alusivo llevado a cabo el 19 de Junio de 1958, se exhibió en la Plaza Sarmiento al trolebús M.A.N. (número interno 5.815 de “Transportes de Buenos Aires”), enviado desde la Capital Federal. El vehículo, pintado con la librea oficial de la empresa estatal porteña (aluminio, con franja azul en el centro de la carrocería), marcó el paso inicial de la instalación del sistema.
La Sociedad Argentina de Electrificación (S.A.D.E.), filial de la firma italiana SADELMI de Milán, tenía por aquellos años gran predicamento en nuestro país, y había sido la constructora de los sistemas de trolebuses que nos antecedieron en las otras ciudades argentinas. Por consiguiente, la influencia de esta empresa fue lo suficientemente eficaz para ser la gestora -también- de los trolebuses rosarinos. de esta manera, coincidente con la llegada de los vehículos de exhibición, comenzaron los trabajos del tendido de la línea aérea, que durante los primeros años sería alimentada por las subusinas de la red de tranvías.
El sistema elegido para la sustentación de la línea aérea es el llamado “Kummler & Matter” de orígen suizo, y cuya licencia de instalación y mantenimiento poseía la S.A.D.E.. Este sistema, que por primera vez fuera instalado en el país en la ciudad de San Miguel de Tucumán, permite un distanciamiento de 35-40 metros entre columnas, y un menor desgaste en los alambres de línea y frotadores captadores de corriente de los trolebuses. En aquellas calles en donde el recorrido era compartido con los tranvías (Bv. 27 de Febrero entre Av. Corrientes y Av. San Martín; Av. San Martín entre Bv. 27 de Febrero y Ayolas -sentido Norte- Sur; y Av. Ovidio Lagos entre Av. Salta y Rioja), se optó por el clásico sistema rígido “Westinghouse”, con columnas fundadas a 28 metros entre sí.
Desde el 13 de Marzo de 1959 fueron llegando por el Ferrocarril Nacional General Bartolomé Mitre más trolebuses M.A.N. (usados), hasta contemplar veintiuna unidades; las que fueron descargadas en la playa de cargas de la Estación Rosario Central, y luego concentradas en el terreno existente en Av. Corrientes y Rioja.
Las unidades fueron pintadas con la librea original de la E.T.R.: techo en color aluminio; ventanillas en crema; frente, cola y laterales en verde con franja negra en el centro formando una “V” en el frente, y luciendo la inscripción “Empresa de Transporte de Rosario” en los laterales. Fueron numeradas 1.100-1.120. Años después, los M.A.N. adoptaron la librea de los FIAT y se los renumeró 101-121.

INAUGURACIÓN EFECTIVA
En la gélida mañana del 24 de Mayo de 1959, ante gran cantidad de público y teniendo como marco a la Plaza Sarmiento, el Gobernador de la Provincia de Santa Fé, Dr. Carlos Sylvestre Begnis, el Comisionado Interventor Municipal Luis Cándido Carballo y otras altas autoridades, dieron por inaugurada la primera línea denominada “G” . La tarifa fue fijada en $1,70 Moneda Nacional, la más alta dentro de los medios de transporte público disponibles en la ciudad. El recorrido servido por cinco unidades, se extendía desde la Plaza Sarmiento hasta Av. San Martín y Saavedra. Es interesante señalar que en esta incipiente etapa los trolebuses no poseían estación, con lo cual las unidades permanecían a la intemperie.
En meses sucesivos, la línea “G” fue prolongada a medida que se habilitaban nuevos tramos: Salta y Paraguay ; Salta y Av. Francia; Salta y San Nicolás el 16 de Diciembre de 1959, llegando finalmente a la Estación Terminal de Omnibus “Mariano Moreno” el 20 de Marzo de 1961.

“TROLEBUSES ROSARINOS”
se encuentra disponible en:
Buchín Libros – Entre Ríos 735 – Rosario;
Librería Ross – Córdoba 1347 – Rosario;
Museo y Archivo Ferroviario Regional – Bv. 27 de Febrero 599 (estación Central Córdoba) – Rosario, sábados de 17:30 a 21:00 Hs.;
BusArg –
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Guillermo Mazzarelli –
ferroguille84@yahoo.com.ar.
Por consultas en general: amigosdelriel@yahoo.com.ar.

RECTIFICACIÓN

Entre los comentarios recibidos con relación al escrito “La Culpa es del Tren Bala”, firmada por el asociado Mariano C. Antenore, recibimos un mensaje del colega y amigo Franklin Romero, de la Asociación Amigos del Tranvía.
Entre los diversos conceptos que nos plantea, formula la aclaración de que el Ferrocarril del Oeste se inició con material nuevo y no con bienes usados, como señala el asociado Antenore.
El autor del artículo sustentaba esa opinión en razón de las múltiples versiones que indican que tanto la “La Porteña” como “La Argentina” eran locomotoras que habían sido empleadas en la Guerra de Crimea (Ucrania), durante el Sitio de Sebastopol.
Sin embargo, otras vertientes aseguran con mayor precisión que las dos locomotoras en cuestión fueron encargadas en 1856 expresamente para el Ferrocarril del Oeste de Buenos Aires.
Nuestro asociado fundador Ángel Ferrer (amplio conocedor de historia ferroviaria) comparte este último criterio, por lo cual creemos oportuno rectificar la información brindada en primera instancia en el artículo de referencia, y agradecer al Sr. Franklin Romero su gentileza en escribirnos.

miércoles, 21 de mayo de 2008

La Culpa es del "Tren Bala"

Cuando a principios de la década de 1860, Guillermo Wheelwright planificaba el equipamiento para el “Central Argentino” (el primer ferrocarril interprovincial del País), no pensó en hacerlo con una locomotora similar a “The Rocket”, la célebre locomotora decana creada por George Sthepenson en 1829. Tampoco recurrió a material usado como había ocurrido tiempo atrás con la habilitación del Ferrocarril del Oeste, en Buenos Aires. Wheelwright eligió la tecnología más reciente disponible en ese momento, y es así como en 1870, el novel y pujante puerto fluvial se vinculó con la docta mediterránea mediante un ferrocarril de primera clase, equiparable a cualquiera de los países centrales.
Ciento cuarenta años después, esa unión férrea se enfrenta a la discusión por un salto tecnológico radical, que motiva notables expresiones en contra, en su mayoría por desconocimiento o carencia de información.

Desde que en 2006 el ex presidente de la Nación Néstor Kirchner anunciara la construcción de un tren de alta velocidad entre Buenos Aires y Rosario, se acuñó el término de “Tren Bala”. Esta denominación está inspirada en el famoso Shinkansen japonés, por su diseño y velocidad. Sin embargo, en la Argentina se convirtió en una “etiqueta” peyorativa: mientras fue apenas el esbozo de un proyecto, se refería a él con sorna, comparándolo con el trasnochado anuncio de una suerte de vuelos a la estratósfera, desafortunadamente lanzado por un ex presidente de triste memoria.
Conforme ese incipiente proyecto se transformó en un posible llamado a licitación, comenzaron a alzarse voces en contra desde diferentes estamentos y con diversos intereses. Veamos:

EL ESTADO DE BUENOS AIRES
CONTRA LA CONFEDERACIÓN ARGENTINA

La vigencia de la atávica antinomia entre Buenos Aires y el “Interior” cobró nueva fuerza a partir del proyecto del Tren de Alta Velocidad. Son muchos los habitantes y los comunicadores sociales de la Capital Federal que sostienen que las inversiones deben ser realizadas en el ámbito del conurbano bonaerense. Así lo expresó -por citar un ejemplo- una representante de usuarios en el programa “Otro Tema”, en su edición del martes 6 de mayo próximo pasado por la señal de televisión por cable “Todo Noticias”.
En la misma corriente se manifiesta el ex animador de programas de música ligera Fernando Bravo, quien desde su audición vespertina por LS10 Radio Del Plata vitupera diariamente al “Tren Bala”, como el causante de todas las calamidades nacionales.
Pero es sin dudas el diario “La Nación” (fundado por Bartolomé Mitre, centralista porteño si los hubo) el que con mayor enjundia se ha encarnizado contra este proyecto, respetando a rajatablas la forma de pensar de su primer director. Ojalá esta publicación hubiese puesto el mismo énfasis cuando en julio de 1992 el Gobierno Nacional suprimió los trenes de larga distancia: sólo se limitó a expresar una tibia lamentación, y a otra cosa…

. El Ferrocarril Roca, o “El Rompetrenes”.
Desde que las líneas que lo integran fueron nacionalizadas, el Ferrocarril General Roca obtuvo las mayores prerrogativas y el presupuesto más generoso dentro de la Empresa estatal. Su material rodante era sometido a malos tratos y extenuantes faenas, con lo cual se convirtió en norma la afectación de coches y locomotoras provenientes de otras líneas, que luego no eran restituidos.
El “Roca” es el ferrocarril que tuvo el privilegio de contar con la única electrificación llevada a cabo por el Estado Nacional, con infraestructura y trenes de primer orden; y también “ostenta” el triste récord de haberla destruido en menos de veinte años… Sin embargo, una vez más el Estado Nacional procederá a asistirlo para completar la electrificación hasta la ciudad de La Plata.
En lo que hace a transporte interurbano, no son menores sus “galones”: la Unidad Ejecutora del Programa Ferroviario Provincial (U.E.P.F.P.), luego conocida como Ferrobaires, recibió en 1992 las locomotoras de más reciente incorporación, así como gran cantidad de coches de pasajeros provenientes de otras líneas del país. Hoy, la mayor parte de ese material está fuera de uso y prácticamente reducido a chatarra, y para asegurar la corrida de los pocos trenes que opera, este macrocefálico organismo bonaerense ya tomó varias de las máquinas que el Estado Nacional adquirió de segunda mano a países europeos… ¿hasta que también las rompa?
A lo relatado hay que sumar el vandalismo consuetudinario y el incendio y destrucción de trenes y estaciones, CUYA RECONSTRUCCIÓN PAGAMOS ENTRE TODOS LOS ARGENTINOS. Insistimos: pueden romper los trenes porque los tienen.

.Subterráneos “autónomos”.
Recientemente el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha dado a conocer su plan de expansión de las líneas de subterráneos, con una inversión prevista de 2.500 millones de dólares. De esa suma, quinientos millones serán aportados por el Tesoro Nacional.
En el mismo sentido se encaminan las obras de prolongación de la línea “E”, desde su actual terminal céntrica hasta la estación Retiro, las que se canalizarán totalmente con aportes nacionales.
¿Acaso los habitantes de Embarcación, Añatuya o Malargüe se beneficiarán con esas obras? Vayamos sumando…

.F.C. General San Martín y F.C. Sarmiento
Otra obra necesaria, pero que solamente beneficia a los habitantes de la zona Norte del conurbano bonaerense, es la anunciada electrificación del F.C. San Martín hasta la ciudad de Pilar. Estos trabajos están presupuestados en 650 millones de dólares a ser cubiertos por la Nación.
Algo de mayor magnitud es el soterramiento de la línea Sarmiento, en su sección suburbana entre estación Once de Septiembre y estación Moreno. El costo de esta obra se acerca al anunciado costo del Tren de Alta Velocidad, siendo apenas 36 kilómetros contra los 710 de la nueva línea que unirá Capital Federal con Rosario y Córdoba. Sin embargo, sólo un medio especializado (http://www.cronicaferroviaria.com/) se atrevió a calificar esta obra como innecesaria en este momento.
Otras obras ferroviarias que benefician directamente a Buenos Aires y su conurbano son la renovación de vías en la sección local de la línea Mitre, entre Retiro y Zárate, también costeadas por el Gobierno Nacional.

El conjunto de obras proyectadas y en ejecución en el área del conurbano bonaerense se acerca a los 5.000 millones de dólares, sin contar los subsidios operativos. Está más que claro que el “Tren Bala” no le resta recursos a un área que ya de por sí, e históricamente, gozó de los mejores esfuerzos gubernamentales.

.Subsidios al transporte.
La Secretaría de Transporte de la Nación ha instituido los subsidios denominados “SISFER” y “SISTAU”, correspondientes al sistema ferroviario y al transporte automotor exclusivamente.
En lo atinente al SISFER, mensualmente las concesionarias reciben alrededor de 30 millones de pesos, de los cuales sólo entre 2 y 3 millones se asignan a la empresa Ferrocentral, que une Buenos Aires con Córdoba y Tucumán y atiende servicios locales entre Córdoba y Villa María y Córdoba y La Calera. El resto del aporte nacional mensual, se lo llevan las concesionarias del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Otras empresas interprovinciales como Trenes Especiales Argentinos, Servicios Ferroviarios del Chaco y Tren Patagónico no reciben un solo centavo de esos subsidios.

Situación parecida se registra en el transporte automotor de pasajeros: el SISTAU se distribuye a razón de $12.000.- mensuales por cada colectivo urbano del AMBA, mientras que un ómnibus de Rosario o Córdoba, sólo recibe $3.000.- Algunas ciudades, ni siquiera perciben suma alguna proveniente de las arcas nacionales.
En cuanto al gasoil vendido a precio subsidiado de $0,42 pesos por litro, los colectivos metropolitanos reciben un cupo de litros mucho mayor del que obtienen los ómnibus de provincia. Consecuentemente con ello, los trenes eléctricos y los subterráneos porteños se benefician con una tarifa de energía de valor preferencial. En cambio, en el “Interior” existen tres empresas de transporte urbano eléctrico (trolebuses), las que pese a sus ingentes gestiones, no logran un valor de la electricidad acorde a su naturaleza de servicio público.

Así las cosas, tenemos que, mientras en Buenos Aires un boleto de tren cuesta $0,60, el colectivo $0,90, y el subte $0,80, en las provincias el boleto del transporte urbano promedia $1,50.

Es lógico que quienes en el AMBA diariamente deben viajar hacinados para llegar a sus ocupaciones, se manifiesten negativamente hacia una iniciativa como la del Tren de Alta Velocidad. Sin embargo, las causas de sus desventuras radican en los malos gerenciamientos, corruptelas varias, la “alquimia tecnológica” en que incurren algunas concesionarias pretendiendo re-diseñar trenes cincuentenarios con dineros públicos, y el quebrantamiento de los valores sociales de muchos de los que usan esos servicios, lo cual redunda en el daño, el saqueo y la delincuencia lisa y llana. Apuesto a que muchos de quienes se quejan por lo mal que viajan, luego intentan evadir el pago de su pasaje… Sin embargo, “la culpa es del Tren Bala”.

A esta altura del escrito, muchos lectores quizás interpreten que se apunta a restar los privilegios en materia de transporte que gozan los habitantes y empresarios del AMBA. Nada más lejos de eso. Lo que se pretende es que TODOS los argentinos tengamos igualdad de oportunidades e inversiones, o sea, nivelar para arriba.

. LAS PROVINCIAS, OTRO TANTO
Si bien con legítimo espíritu de defensa muchas de las provincias que consideran que no serán beneficiadas por el Tren de Alta Velocidad alzan su voz de protesta por este proyecto, es igualmente cierto que las causas de sus males tienen otros orígenes.
Días atrás, el “Tren Bala” se convirtió en responsable de que en cierta región de la provincia del Chaco sus habitantes no cuenten con agua potable. Por supuesto que la crónica no ahondó en el análisis de esa realidad: la secular práctica del “feudalismo”, tan común en muchas provincias -entre las que se cuenta el Chaco-, la corrupción endémica, las obras públicas que se cobran y no se realizan, el fomento de la emigración extraprovincial y al avance sobre las tierras de los pueblos originarios.
Discurso parecido esgrimen desde las provincias que componen el autodenominado “Norte Grande”, con epicentro en Salta: ¿el “Tren Bala” es acaso el culpable de que el Ferrocarril Belgrano haya desactivado las dos terceras partes de sus 15.000 kilómetros originales, que se hayan robado terraplenes, obras de arte y enrieladuras en gran parte de su red, que se hayan radiado caprichosa y prematuramente sus locomotoras medianas y pequeñas y que sólo funcione un tercio del parque de máquinas?

¿El dirigente político jujeño Gerardo Morales no debería investigar en primera instancia el proceder de sus correligionarios a lo largo de décadas o los motivos que llevaron al “Belgrano” a su actual estado, previo a criticar el proyecto de Tren de Alta Velocidad, una vez que cuente con elementos concretos para hacerlo?
Quizás el Señor Morales desconozca que en su provincia y ante los ojos de todos desapareció gran parte de la infraestructura de la sección internacional a Bolivia de la línea “Belgrano”, como es fácil de corroborar circulando por la ruta paralela a lo que queda de la traza ferroviaria.
Habría que hacerle recordar a este dirigente que durante el gobierno de la Unión Cívica Radical, por medio de la “Alianza” (1999-2001) no se rehabilitó un solo metro de vías, y por el contrario, se mantuvo en vigencia el contrato por el cual el consorcio de empresas rematadoras “Onganía y Giménez - Alberto Bieule y Asociados”, prosiguió con la subasta de “Bienes Innecesarios para la Gestión” del Estado, práctica que comenzó a principios de la década anterior. ¿Puede la U.C.R. decir o denunciar algo en esta instancia?

Santa Fe, por su parte no se ha quedado atrás en materia de críticas: el ministro Hugo Storero alzó su voz en contra del Tren de Alta Velocidad, pero desde su lugar de habitante de la ciudad capital de la provincia, y sin mayores elementos de juicio. Sería interesante conocer qué actitud adoptó este funcionario cuando se desmantelaba, saqueaba e intrusaba la monumental “Estación Belgrano” ubicada en el Boulevard Gálvez, en Santa Fe.
El que esté libre de pecados, que arroje la primera piedra...

Desde Rosario, un sector del empresariado cuestionó igualmente la iniciativa, esgrimiendo la supuesta prioridad de un enlace férreo que beneficie a sus intereses sectoriales. Lo que este grupo de la dirigencia privada omite, es que pretende que esas obras sean afrontadas casi totalmente por el Estado, cuando en realidad no serían para un beneficio de la sociedad en su conjunto, como sí lo constituye un servicio ferroviario de pasajeros. En síntesis, se persigue un beneficio privado a costa de la inversión pública.

“NO SÉ DE QUÉ SE TRATA, PERO ME OPONGO”
En la esfera nacional, dirigentes políticos de la oposición lanzan acusaciones y tildan de inoportuno al proyecto de Tren de Alta Velocidad, pero tampoco han aportado elementos que permitan corroborar las irregularidades que denuncian, así como carecen de ideas alternativas a lo que cuestionan. Por cierto que no es su función demostrar un supuesto delito, pero sí deberían avanzar en promover las acciones legales que consideren, sustentándolas con pruebas de fuste, cosa que hasta ahora no ha ocurrido.
Escuelas, hospitales: dos ítems de indudable importancia que se esgrimen como prioridad antes que el “Tren Bala”… Desde la primera mitad de la década de 1950 que en la Argentina no se encaran planes masivos de establecimientos hospitalarios y educativos. ¿Qué hicieron los partidos a los que pertenecían estos dirigentes críticos de hoy, cuando eran gobierno?
La aún inconclusa autopista Rosario-Córdoba: ¿estos dirigentes opositores avanzaron en investigar a la empresa Covicentro, ex concesionaria de la Ruta Nacional Nº 9, que debería haber concretado a su costo la totalidad del referido enlace vial hace ya varios años?

En cuanto a la “opinión publicada” de los rosarinos en general, se observa una animadversión, producto de la desinformación o de las visiones parciales de cierto sector del periodismo y de las empresas a las que reporta.
El rosarino medio es un ser crítico, inconformista y muy proclive a polarizar. El axioma “hija de su propio esfuerzo” con que se autocalifica la ciudad, hace referencia a una cosmovisión de corto alcance, caracterizada por el exceso de prudencia, el conservadurismo ortodoxo e inversiones locales ceñidas a lo mínimo indispensable. En ese contexto, no es difícil que se critique el proyecto del Tren de Alta Velocidad, tanto sea por incredulidad, o porque se supone que causará un beneficio del que la ciudad de Rosario será ajena, como lo fue de tantos otros proyectos nacionales y provinciales que soslayaron a nuestra urbe.
No obstante, sería muy interesante que un estudio antropológico analizara a la sociedad rosarina, que crónicamente llora su exclusión de las agendas de los grandes emprendimientos nacionales, y simultáneamente ejerce un furibundo ataque a un proyecto que la favorecería desde el punto de vista social, económico y geográfico.

A PESAR DE TODO…
La tristemente célebre trilogía Frondizi-Videla-Menem fue la encargada de desmembrar y liquidar al Riel en la Argentina, eficazmente asistida por el trío de “verdugos-ideólogos” compuesto por Alzogaray-Martínez de Hoz-Cavallo, en orden respectivo. Ellos actuaron en su tiempo, y con sus metodologías, pero todos a instancias de que la producción agrícola y los habitantes de gran parte del país cayeran en la más absoluta zozobra, al verse privadas de un elemento aglutinante fundamental como lo fue y sigue siendo el Ferrocarril, para beneficiar a intereses petroleros y automotrices, generalmente de origen extranjero.
Los demás gobiernos ensayaron atisbos de reconstrucción de ciertas secciones, y otros, solamente se limitaron a decir que “existían otras prioridades”, o sea, el mejor justificativo retórico para explicar su inacción.
En contraste a eso, a partir de 2003 el Riel dejó de ser mala palabra en la Argentina. Se renegociaron contratos con las concesionarias de ferrocarriles de carga, se puso especial énfasis en las obras encaradas en el AMBA -como ya se dijera más arriba- y se reintrodujeron servicios interurbanos de larga distancia, como el “Rayo de Sol” y el “Estrella del Norte”, adoptando un nuevo concepto en atención al pasajero. Por su parte, el “Gran Capitán”, entre Misiones y Buenos Aires, también renació en este período, aunque a instancias de la iniciativa privada y amparado por la legislación antiestatista y prescindente de la década anterior.
En 2004, el Gobierno Nacional dictó el decreto por el cual retomó la autoridad y el poder concedente sobre los servicios de trenes de pasajeros interprovinciales, con lo cual se dio otro importante paso para avanzar en la rehabilitación de más prestaciones.
También está en trámite licitatorio la construcción de un Tren de Alta Velocidad entre Buenos Aires y Mar del Plata, y un Tren de Altas Prestaciones entre Buenos Aires y Mendoza (una vez que se concluyan las ya avanzadas obras de elevación y reconstrucción de enrieladura en la zona de la laguna La Picasa, en el Sur de nuestra provincia).
Por otra parte, se adquirió una importante cantidad de material rodante a España y Portugal, aunque sin demasiado criterio técnico, pero mostrando que se pretende rehabilitar trenes para el público. Varias de las unidades ya corren asegurando diversos servicios.
Aunque retrasada, la restauración y refuncionalización de los talleres ferroviarios de Tafí Viejo, en la provincia de Tucumán, también habla de una voluntad por recomponer el esquema deteriorado luego de décadas de desidia.
Asimismo, se sancionó la Ley de Ordenamiento Ferroviario, por la cual se instituye un nuevo esquema en la operatoria ferroviaria en la Argentina, basado en el modelo de gestión instrumentado en España durante los últimos años.
Tampoco es menor el hecho de que el “Tranvía” haya dejado de ser sinónimo de vehículo perimido. Por el contrario, los habitantes de Buenos Aires ya pueden comprobar la evolución de este sistema, que probablemente en un futuro cercano podrá brindar un eficaz servicio de transporte entre el barrio de la Boca y la estación Retiro.

Si analizamos lo que le tocó pasar al Riel en nuestro país, debemos concluir en que es casi un milagro lo que está ocurriendo hoy, nos guste o no el estilo de esta gestión gubernamental. Es cierto que se registran desprolijidades y que los planes de reactivación son lentos, matizados con sospechas de procesos de compras y licitaciones poco transparentes.
No obstante, creo que el tiempo para cuestionar al proyecto del Tren de Alta Velocidad concluyó con la firma del contrato de adjudicación de la obra, a menos que los argentinos querramos enfrentarnos a un juicio internacional multimillonario ante el organismo internacional CIADI y otros entes de esa naturaleza.
Quienes manifiestan que con los costos del “Tren Bala” se podrían reconstruir un gran número de kilómetros de vías, lo hacen valiéndose de costos desactualizados calculados “a vuela pluma”.

Los cuestionamientos al Tren de Alta Velocidad deberían formularse basados en un enfoque técnico, dado que no son atendibles desde lo político, por las razones ya expuestas en este escrito.
Una de esas objeciones es la elección de una trocha de participación minoritaria en nuestro país, cuando debería haberse considerado que el recorrido del futuro tren ya cuenta con la trocha ancha a la que fácilmente podría adaptarse la nueva tecnología, ya que ello se aplicó con éxito en España por medio del tren “Euromed”, sobre la línea del litoral mediterráneo entre las ciudades de Barcelona, Valencia y Alicante.
Otros argumentos en contra podrían ser los impactos ambientales supuestamente negativos de estos trenes, de acuerdo a algunos estudios que organismos ecologistas europeos han llevado a cabo.
Éstas son las discusiones que hay que mantener. En cambio, vaticinar que el pasaje costará 400 pesos o más, cuando en ningún documento oficial se menciona valor alguno, es francamente temerario, como de muy baja monta es manifestar que “el tren ya no será para los argentinos”... Pura demagogia.

Es un error situar el Tren de Alta Velocidad en un extremo opuesto a los planes de rehabilitación de trenes convencionales, ya que ambos sistemas no son antagonistas, sino complementarios.

LAS VENTAJAS DEL TREN DE ALTA VELOCIDAD
El incipiente ferrocarril de mediados del siglo XIX también fue visto como algo negativo en sus principios, pese a que el salto tecnológico de la tracción a sangre al vapor, haría que una travesía de días, plagada de calamidades y peligros se transformara en un viaje de algunas horas, en condiciones infinitamente más seguras y confortables.
Algo parecido sucedió en las ciudades, cuando a comienzos de la anterior centuria el tranvía eléctrico reemplazó al “tramway” a caballos. En aquel momento se dijo que la gente moriría en masa, electrocutada o arrollada por la descomunal velocidad de las nuevas máquinas. Nada de eso ocurrió; o sea que se teme a lo nuevo, a lo que no se conoce.
Tengo amigos residentes en España, que me han contado el efecto transformador de los trenes “AVE” de aquél país. Así es como la reciente conexión entre Madrid y Barcelona facilitó el traslado de estudiantes, hombres de negocios y familias, que frente a la menor velocidad de los trenes convencionales, los elevados costos de los pasajes de avión y la inseguridad de los ómnibus, cuentan ahora con un medio de transporte realmente revolucionario.
Veamos el caso argentino: estamos hablando de unir las tres áreas metropolitanas más importantes del país. No sólo es instalar un tren; serán obras de infraestructura complementarias que beneficiarán a todos: pasos en desnivel, nuevas estaciones, apertura de calles, construcción de cloacas y obras de salubridad, edificación de viviendas dignas para los habitantes de villas de emergencia asentadas sobre la futura traza del nuevo ferrocarril, fuentes de trabajo para el mantenimiento de los trenes, construcción de talleres con personal estable, etc.
Otro importante aspecto a tener en cuenta es el de la seguridad vial: la existencia de una autopista entre Buenos Aires y Rosario (y pronto hasta Córdoba), no garantiza en absoluto la seguridad en los desplazamientos carreteros. Reiterados accidentes por impericia o temeridad al volante, y aún la suspensión de circulación por motivos de falta de visibilidad, son elementos que obran a favor de propiciar una activa transferencia de viajes del auto y el ómnibus de media y larga distancia a favor del ferrocarril. Y el único sistema ferroviario que lo logra de manera determinante a nivel mundial en una cobertura de hasta 700 kilómetros de distancia, es el tren de alta velocidad.

La nueva línea Buenos Aires–Rosario–Córdoba abrirá nuevas posibilidades de expansión, a Mendoza -por ejemplo- desde Villa María; a Tucumán desde Córdoba, así como una factible unión física con la anunciada línea de alta velocidad entre Buenos Aires y Mar del Plata, constituyendo una red súper rápida y federal que vinculará en forma eficiente y segura a las principales urbes del país, y que a su vez facilitará la rehabilitación de más ramales convencionales que combinarán servicios, revitalizando al ferrocarril en su conjunto.
Pero en el caso que nos ocupa, y más específicamente Santa Fe y Córdoba, estamos hablando aglutinar un “mercado” potencial de más de 6 millones de habitantes. Estas dos provincias producen casi todo como para convertirse en un país en sí. El Tren de Alta Velocidad puede romper definitivamente las barreras culturales que todavía hoy impiden una comunión de intereses entre ambos estados (rivalidad inducida por objetivos centralistas), Santa Fe y Córdoba alcanzarán un grado de desarrollo tan inmenso como impredecible. Al respecto, Wheelwright fue un precursor con mayúsculas, al promover la unión de una provincia feraz y multifacética con una pampa no menos fértil y dotada de un puerto fluvial natural de ubicación privilegiada. Hoy estamos hablando de esa misma traza y de objetivos similares. Como se podrá advertir, el Tren de Alta Velocidad es mucho más que una obra pública: es un proyecto de integración interprovincial social, económica y cultural que reivindica de manera concluyente el pensamiento de aquel visionario.

CONCLUSIONES
Creer que el “Tren Bala” es el causante de que no haya agua, que los hospitales no tengan gasas o que los baños de las escuelas estén rotos, constituye un absurdo mayúsculo, por culpar a un PROYECTO, a ALGO VIRTUAL, a algo que AÚN NO FUE CONCRETADO y que por tal razón, todavía no insumió erogación alguna al Estado; en síntesis, una psicosis colectiva llevada al paroxismo. Quizás el “Tren Bala” también sea el responsable de la erupción del volcán Chaitén y de la quema de pastizales en las islas del Delta del Paraná...
Corresponde al Gobierno Nacional que proceda a informar de manera amplia, las características y verdaderos costos de esta futura obra, ya que los ataques recibidos son en gran medida producto del sepulcral hermetismo con que se manejó el tema desde los estamentos oficiales.
Las sospechas acerca de supuestas irregularidades en la adjudicación, así como las denuncias internacionales contra las empresas intervinientes deberán ser canalizadas en la Justicia, y sólo después del veredicto de ésta podrá determinarse si el proceso continúa o se interrumpe.
Es preciso que el sentido común prime en el análisis de este proyecto, y si bien es saludable el disenso en el ejercicio democrático, éste no puede en modo alguno significar la profundización de las antinomias y la continuidad de privilegios de un sector en detrimento de otro.

Mariano César Antenore